En la nebulosa que residen los nervios y el temple del osasunismo aún cabe una jugada polémica como contribución a enrarecer el analísis del partido en Barcelona. Seguramente fruto también de la necesidad, incluso de la frustración de haber competido durante más de una hora en un escenario colosal para al fin y al cabo irse de vacío y que la tabla clasificatoria siga siendo un ahogo, el entrenador rojillo habló en la sala de prensa de las dudas que le suscitaba una acción en el área culé en el minuto 84, que terminó con el balón en la red pero con el colegiado deteniendo el juego por falta previa de Catena.

Lisci citó la jugada sin saber muy bien cuál era el criterio del VAR para no entrar a valorar la acción, porque tal y como se señaló la falta del central de Osasuna, se podía haber indicado penalti por un empujón de Eric García. Más remoto hubiera sido, tal y como se produjo el forcejeo, que la jugada hubiera terminado sin infracción por ninguna parte. Sin embargo, en el discurso del técnico italiano volvió a colarse para el escrutinio una jugada arbitral, sabedor también de que este tipo de lances lo frecuente contra los grandes es que caigan en saco roto, pero al menos después de un encuentro tan esforzado cabía el derecho a la pataleta.

La crítica al videoarbitraje de la jugada también se ha alimentado entre el osasunismo y los comentaristas futbolísticas nacionales. Sin ir más lejos, el exfutbolista Rafa Alkorta señaló en los micrófonos de Movistar que la jugada le admitía reticencias y que consideraba normal el mosqueo de Osasuna: "¿Qué culpa tiene Catena de que se haya tropezado o que alguien le haya hecho alguna falta para que vaya contra el portero y le tire? Yo entiendo que Osasuna debería estar enfadado por esta jugada, me parece una acción totalmente lógica", describió el bilbaíno. A ello, el exzaguero sevillista Julien Escudé, otro de los analistas, matizó que le parecía una jugada en la que se daban un conjunto de circunstancias, empujones y caídas, "en las que el portero no tiene culpa porque acaba desequilibrado". Y lo cierto es que se trató de una jugada con abundantes grises pero que para los colegiados terminó siendo más clara que el agua. Tal fue así que a velocidad de crucero se puso el balón en juego, pese a que Herrando había embocado el gol en el balón suelto, y además el repaso de la secuencia en la sala VOR resultó también frenético.

Rondaba el minuto 84 de partido, con 1-0 en el marcador, cuando Rubén García colgó una falta desde el mediocampo en el área barcelonista. Allí, rebasado el segundo palo, Catena se dispuso a pelear el esférico por alto, escoltado por la defensa de Eric García y de Koundé. Al final, en unas imágenes televisivas que también volaron muy rápido hacia otro plano y otra posesión y que por tanto no ofrecían grandes claves, se observa que el defensa rojillo tropieza fruto del forcejeo con Eric, cae a sus pies y fruto de la inercia termina arrollando al portero Joan García, que había salido también a atajar el cuero por arriba. El guardameta cayó al suelo junto a Catena y Herrando se hizo con la pelota para introducirle en la portería de una volea con la izquierda. El árbitro señaló la infracción y nadie le llamó para que revisara la acción. Ya saben que la salsa del fútbol depende del picante que le echen en cada área, y en algunas arde la mezcla mientras en otras siempre queda tibia.