En agosto se cumple el 20º aniversario del fallecimiento de Eduardo Chillida. El museo que el escultor creó en Hernani ha sido fundamental para mantener vivo su legado, una tarea encomendada a sus hijos y para la que está asegurado el relevo generacional.

“Heredas unas obras pero a la vez heredas una responsabilidad que te lleva a pensar, siempre que hay que tomar una decisión, qué es lo que ellos habrían hecho en ese caso, qué les hubiera gustado que hiciéramos”, decía Luis Chillida, hijo del artista, que habló en plural porque ni la vida ni la carrera de su padre se entenderían sin su madre, Pilar Belzunce.

Esa es la máxima por la que se han guiado estos años en los que Chillida Leku estuvo cerrado al ser inviable sacarlo adelante sin ayuda externa. El hijo del artista preside ahora la Fundación Eduardo Chillida-Pilar Belzunce, tras ser responsable de Chillida Leku, que dirige Mireia Massagué desde 2018, cuando la galería suiza Hauser & Wirth asumió la gestión del museo, cuya propiedad sigue en manos de la familia.

Con la entrada de Hauser & Wirth, “se abrió una ventana a algo diferente”. “Nosotros teníamos mucha cercanía con la obra, pero había que desarrollar un proyecto museístico y eso nos venía grande”, admitió. “El apoyo de la galería ha sido importantísimo, las cosas en estos cinco años se han desarrollado de otra manera”, afirmó. Su padre habría “detestado” que el caserío y las campas de Zabalaga por las que se extiende su obra se convirtieran “en un mausoleo, en algo inmóvil”. “Un espacio museístico tiene que mantenerse vivo y eso se ha ido consiguiendo”, agregó.

La apertura del universo Chillida a otros artistas son pasos que han comenzado a darse con ese fin, al igual que con las obras invitadas. La galería se ha centrado en esta nueva etapa en “fortalecer y ampliar” relaciones con otras entidades nacionales e internacionales que no pudieron desarrollarse cuando el museo estaba “a medio gas”, dijo Massagué. “Mantener vigente la obra de Chillida es parte de nuestro cometido. Lo interesante del museo es la combinación de lo que es la familia, a la que se le debe dejar ser familia, y la profesionalización en la gestión, que permite llevar un proyecto tan único y especial como Chillida Leku hacia una nueva etapa”, añadió.

Hauser & Wirth es “una palanca muy potente” para ayudar al museo de Hernani, subrayó. “Es una de las principales galerías internacionales, y eso da unas alas y unas herramientas que no tendríamos de otra manera”, añadió, tras remarcar que Chillida Leku tampoco olvida al público local, para el que ha preparado una lista de actividades este verano.

La labor editorial es otra de las vías para mantener viva la obra escultórica de Chillida. Tras el catálogo de obra gráfica y una vez concluido el de escultura, quedaría el de los dibujos del artista, que se presenta como una tarea “más complicada” porque es “un mundo muy amplio” al que hay que seguir la pista.