Ya estuvieron hace poco más de un mes en Pamplona, en febrero, y fue para recoger el Premio Ruido al mejor disco del año otorgado por la PAM (Periodistas Asociados de Música). ¿Contentos por regresar?

–Totalmente, para nosotros Pamplona está asociada a esa noche tan mágica en la que recibimos nuestro primer Premio Ruido, así que nos encanta la idea de volver justo un mes después para devolver todo nuestro agradecimiento a la ciudad en forma de actuación.

No ha sido el único premio que han recibido; su disco, ‘Tercer cielo’, aparece en un montón de listas de lo mejor de 2022 publicadas por la prensa especializada (Efe Eme, Mondo Sonoro, Rockdelux…) 

–Pues sí, y la verdad es que nos ha sorprendido mucho al tratarse de un proyecto arriesgado y de cierto carácter experimental. En el momento del proceso creativo nos preguntábamos si se entendería, así que ha sido una gran alegría todos los reconocimientos que estamos recibiendo.

Ustedes colaboraron por primera vez en el disco anterior de Rocío, ‘Visto en el Jueves’ (2019), cuando Bronquio remezcló una de las canciones, 'Empezaron los cuarenta'. ¿Cómo surgió la idea de lanzarse a hacer un disco juntos?

–El remix que hizo Bronquio de esa canción me encantó. Se llevó el tema a otro terreno completamente diferente del concepto original y a mí eso me abrió a otros mundos nuevos. Un tiempo después nos llegó la propuesta de su parte de explorar algo más ambicioso con el horizonte de que, si iba teniendo sentido, terminara cristalizando en un disco, y así fue como nos pusimos a trabajar en ello.

¿Les costó dar con la fórmula que hermanase dos estilos que aparentemente parecen tan alejados entre sí como pueden ser el flamenco y la electrónica?

–Pues lo curioso es que el proceso creativo ha sido relativamente fluido y muy divertido. Encontramos elementos comunes a ambas expresiones musicales como son la fiesta, la celebración comunitaria, la ritualidad para poder explorar en torno a estos parámetros... 

¿Qué proceso de trabajo siguieron?

–Bronquio venía a casa durante varias temporadas para crear. Él me ponía algunas referencias de electrónica que yo desconocía y yo a él otras del mundo del flamenco. Esto ha sido un proceso enriquecedor para ambas partes y, además, estimulaba nuestra curiosidad y nuestra creatividad, de modo que una base suya a mí me recordaba a un palo flamenco, o Bronquio sampleaba un jaleo antiguo para crear bases propias. Una vez que el disco está ya grabado y podemos escucharlo, me parece que el proceso ha sido mucho más orgánico de lo que podríamos haber pensado en un principio.

En muchas de las reseñas se dice que ‘Tercer cielo’ es un disco histórico y lo sitúan junto a obras tan magnas como el ‘Omega’, de Enrique Morente y Lagartija Nick. ¿Qué lugar cree que ocupará en el futuro? 

–Eso solo podrá saberse en el futuro. De momento, solo puedo estar agradecida por que, desde el mismo día del lanzamiento, algunos lo sitúen junto a Omega, que es uno de los discos de referencia de mi vida. Es algo que no me podía imaginar. En cualquier caso, quiero destacar algo muy importante y es que, más allá de los reconocimientos, este es un proyecto que nos hace disfrutar, tanto a la hora de crearlo como en la gira, que es lo que estamos haciendo ahora.

Aunque este puede ser su trabajo más experimental hasta la fecha, usted ya se había salido de lo estrictamente tradicional con sus trabajos anteriores. ¿No le da miedo lo que puedan decir los puristas?

–Desde que lancé El Niño, en 2014, me puse en el punto de mira de cierto sector del público flamenco que no comulga con propuestas más de vanguardia, de modo que he tenido años para que mi autoestima personal y mi criterio artístico no dependa del gusto de estas personas. Hoy celebro la diversidad y asumo que mi obra, como cualquier obra, gustará a algunos y a otros no.

En ese sentido, ¿podría ser la libertad el mejor resumen del disco?

– Sí, para mí es así. Y es por eso que es la palabra que cierra el disco y el espectáculo. La libertad de crear, y también la libertad de tener criterio propio en tiempos de adoctrinamiento y pensamiento único.

Decíamos al principio que la crítica ha sido entusiasta. ¿Qué puede decirme de la respuesta del público?

–Quizás de lo que más estoy valorando de todo lo que nos está trayendo este Tercer cielo es el hecho de encontrar apoyo y cariño por parte de públicos diversos. Esto es, que jóvenes de veintipocos años que vienen de la música urbana se emocionen con una seguiriya y que personas de más de sesenta escuchen por primera vez música electrónica y se permitan disfrutarlo. Para mí, aquí hay apertura y enriquecimiento.

¿Está siendo sencillo trasladar esta respuesta al directo? ¿Cómo se están desarrollando los conciertos?

–El espectáculo nace del álbum Tercer cielo, aunque tiene algunas diferencias respecto al disco. Por ejemplo, hay temas que hacemos en directo y que no están en él. Por otro lado, hemos cuidado mucho las transiciones. No hemos querido presentar las canciones de una manera independiente, sino que hemos preparado una sesión continua que está estructurada en cuatro bloques. Teníamos claro que este disco necesitaba un directo vivo y con gran protagonismo de lo escénico. De ahí que hayamos trabajado con Antonio Ruz, que es quien le ha dado el cuerpo que necesitaba.

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¿Tienen ya planes de futuro? ¿Seguirán trabajando juntos o recuperarán sus carreras en solitario?

–En principio nuestro encuentro se circunscribe a Tercer cielo, aunque puede que este año lancemos algún tema más juntos.