Las máquinas, lo humano y lo divino confluyen en el arte de Patxi Araujo, que una vez más transforma el espacio Apaindu de la calle Curia con una sugerente instalación tecnológico-poética que, en este caso, alza la mirada al Sol.

La energía cambia de golpe al entrar en la sala expositiva. Del ruido de una calle en pleno casco antiguo de Pamplona muy transitada estos días se pasa al recogimiento y la escucha en silencio que requiere la propuesta de Araujo; de la luz, a la oscuridad iluminada únicamente por los destellos de la tecnología en funcionamiento.

La de una máquina formada por diez robots, que el artista pamplonés ha creado como pieza central de la instalación Analemma (Mesa para 10), que se descubre al público por primera vez en Apaindu.

LOS ANALEMAS DEL SOL

Una máquina precaria y terrestre que persigue divinos órdenes abstractos. Que remite a un conocimiento superior que orbita sobre nuestras cabezas pero “del que nos olvidamos”, dice Patxi Araujo, “porque nosotros estamos al nivel de la máquina, de nuestros diálogos, nuestras movidas, cuando estamos siendo asistidos por cosas que son increíbles”.

Curvas azarosas generan una danza maquinal: luz, movimiento, sonido.

Curvas azarosas generan una danza maquinal: luz, movimiento, sonido. Iban Aguinaga

Como los analemas del Sol. En astronomía, el analema (del griego ημμα –pedestal de un reloj de sol–) es la curva que describe el Sol en el cielo si todos los días del año se lo observa a la misma hora del día y desde el mismo lugar de observación. Este fenómeno se ilustra en la exposición de Apaindu a través de un software, construido por el propio Araujo para la ocasión, que “está dibujando todos los analemas del Sol que ha habido desde el año 1900 y que habrá hasta 2400 en el cielo de Iruña”. Un oráculo infalible.

ORÁCULOS ALGORÍTMICOS

Al hilo de este conocimiento, frente a los humanos interpretando oráculos celestes, el artista pamplonés sitúa a la máquina interpretando oráculos algorítmicos.

“Una máquina de diez robots diseñada para que siga el mandato algorítmico, las curvas de un analema sintético que se van dibujando continuamente en una pantalla; las curvas son en modo random (azaroso), van siguiendo un patrón aleatorio cada ciclo, y ellas, las máquinas-robots, lo que hacen es continuar el trayecto, o sea, dibujan aquello, lo interpretan bajo un punto de vista precario, maquinal”, explica el autor.

La máquina, el cuerpo, conectada al espíritu. El ruido de la tecnología dialogando con la perfección, con la armonía.

“Leemos a través de las máquinas cuestiones que son muy humanas, y eso me interesa”

Patxi Araujo - Creador multidisciplinar

Y a su vez, la máquina que interpreta está proyectando constantemente sombras en el espacio físico que habita el visitante en esta exposición.

“Esas sombras nos hacen pensar en que cada vez interpretamos algo de una manera distinta, eso que vemos y oímos es diferente cada vez. La vida es cambio constante, pero está regido por algún tipo de idea o concepto más o menos invariable que pensamos que está más allá y al que atribuimos significados muy importantes”, dice Araujo, apuntando que “leemos a través de las máquinas cuestiones que son muy humanas, y somos capaces de proyectar muchas cuestiones que tienen que ver con lo humano precisamente gracias a las máquinas, y eso me interesa”.

EN EUSKERA: EL VALOR DE LO MINORITARIO

El sonido en Analemma (Mesa para 10) también está interpretando todo el rato de manera personalizada lo que ahí ocurre. “Se puede escuchar y se puede entender aquello a través de las sombras que se proyectan, de sus movimientos y del sonido”, apunta Araujo, enlazando esta reflexión con otra parte de la muestra en la que es protagonista una cita del astrónomo Giordano Bruno extraída de su libro de método mnemotécnico De umbris idearium (Las sombras de las ideas):

A través de la sombra, la divinidad proporciona al ojo ofuscado del alma voraz y sedienta las imágenes mensajeras de las cosas.

“Giordano Bruno decía que la memoria es una especie de sombra de las ideas, establecía esa analogía, entonces podríamos saber cuestiones acerca de la luz y de la cosa a través de la sombra. Podríamos recordar la cosa a través de su sombra”, explica Patxi Araujo sobre esta pieza en metacrilato grabado que proyecta en la pared de Apaindu la sombra de la cita de G. Bruno escrita en euskera.

“Es como una especie de caverna de Platón revisitada de manera tecnológica. Leo a partir del momento en que mis ojos se acostumbran a la oscuridad, y entonces empiezo a ver lo que ocurre alrededor”. Esta pieza pertenece a una tirada de diez y está construida en tres lenguas: euskera, castellano e inglés. “Y aquí he querido ponerla en euskera porque, en función de qué tipo de lenguaje utilicemos para hablar de las cosas, estamos llegando a un sitio o a otro desde distintos lugares, con lo cual ni siquiera sea el mismo lugar. Para leer algo que fue originalmente escrito en latín, y que se nos presenta como primera versión en euskera, nos va a hacer falta traducirlo, porque no estamos acostumbrados a leer este tipo de condensación de pensamiento en una lengua minoritaria; y por eso mismo ponerla en primer plano es algo que me gusta. Suena muy bonita esta cita leída en euskera”, afirma el artista pamplonés.

¿LA QUIETUD?

Llegado un momento, la performance que, a modo de ritual, realiza la máquina en Analemma, se detiene. La mesa queda para ser contemplada como una instalación al uso, sin consumir ya energía, sin generar interpretación. Generando un nuevo espacio, sí, con las sombras proyectadas en la pared, aunque sin movimiento y sin sonido.

Queda el visitante. Los humanos frente a la máquina y el misterio celeste, siempre a la búsqueda de un motor que nos reafirme en lo que somos.

EN CORTO

  • Qué. Analemma (Mesa para 10), instalación de Patxi Araujo perteneciente a su proyecto Bruniana (Pequeña Dramaturgia para Objetos Técnicos), en la que los elementos técnicos se presentan, en palabras del artista, “en una suerte de alucinación teatral para ellos. Tienen sus automatismos, sus programaciones, pero a la vez intervienen de una manera dramatizada”.
  • Dónde. Espacio de arte contemporáneo Apaindu, calle Curia, 7.
  • Cuándo. Hasta el 29 de octubre, de lunes a viernes en horario de 17.00 a 20.00 horas.
  • El autor. Artista e investigador nacido en Pamplona en 1967, Patxi Araujo desarrolla su trabajo en el territorio de la poética de los nuevos medios, como una coartada estética para hacer frente a lo tecnológico-digital.