El espacio artístico La Fábrica de Gomas ha organizado una exposición colectiva comisariada por el escultor Javier Soto para celebrar su quinto aniversario. La muestra cuenta con una elección de 50 artistas que manejan lenguajes muy variados y han sido elegidos “por la calidad plástica de sus obras y su calidad humana”, según Soto. 

Las obras expuestas pertenecen a artistas de la talla de David Rodriguez Caballero, Pedro Salaberri, Elena Goñi, Alicia Otaegui o Mari Jose Recalde. 

En los 64 trabajos expuestos, los artistas hacen uso de soportes poco convencionales como semillas, hilos o materiales reciclados. Las obras expuestas son tan variadas que las distintas piezas se agrupan en pequeños archipiélagos temáticos.

El espacio recibe su nombre de la antigua fábrica de caucho para automóviles que antaño ocupaba el lugar. Esta fue recuperada y convertida en espacio creativo y cultural, con una galería de arte como hilo conductor. El origen del proyecto es el interés de los fundadores en el arte, pero el protagonista es el propio espacio. En una ciudad como Pamplona, “una galería que se dedica únicamente a la venta de arte es insostenible económicamente”, comenta Alberto García, propietario de la Fábrica. Por ello, La Fábrica de Gomas combina la exposición de obras con otra serie de espacios donde realizar diversas actividades laborales. 

Todos los tipos de arte y tendencias artísticas tienen cabida en la Fábrica: a lo largo de la historia del espacio se han realizado exposiciones de géneros y técnicas muy diversas: desde la abstracción geométrica a la realidad virtual aumentada. Estas, además, se centran en torno a un tema. Las obras a exponer se seleccionan alrededor de una idea de base que sirve como hilo conductor. “Nunca hemos hecho una exposición en la que el título sea el nombre de un autor” afirma Javier Soto.

Además, se realizan actividades paralelas como charlas o visitas guiadas en torno a la temática de la exposición. 

En La Fábrica de Gomas se enorgullecen de ser diferentes al modelo clásico de galería . Para caracterizar el espacio, dejaron elementos del anterior taller de automoción como muestras de lo que un día fue. “Todo el mundo nos dice que la fábrica tiene una energía especial”.

Además de esto, se organizan eventos especiales para colaborar con distintos proyectos sociales. También, visitas guiadas y talleres con grupos de diversas asociaciones.

A lo largo de estos cinco años han pasado más de cincuenta artistas por la Fábrica, tanto locales como internacionales. En la exposición actual figuran obras de autores que ya habían colaborado previamente con la Fábrica y de otros con los que les gustaría colaborar en el futuro.

El balance general es “muy positivo”, indica Alberto. Con todo lo que supone un proyecto de tal envergadura en una ciudad como Pamplona, tras cinco años consideran que “ya estan consolidados” y que “la gente los va conociendo”. 

“Echamos la vista atrás y hemos hecho una cantidad de cosas increíbles”, comenta al respecto.

Los perfiles del público que acude a la fabrica son muy variados: algunos acuden directamente a ver las exposiciones y otros “se encuentran” con ellas al asistir a otros eventos.

Después de haber sobrevivido a la pandemia, Alberto mira el futuro con optimismo y lo ve como un trabajo a realizar día a día. De momento, está contento con lo conseguido a base de trabajo, esfuerzo y honestidad en lo que hacen. 

Como próximo reto, en la Fábrica buscan abrir el campo a artistas que no son muy conocidos actualmente en Navarra. También les gustaría establecer acuerdos y colaborar con otras galerías en otras regiones. “Vamos despacito, paso a paso”, afirma Alberto. Actualmente, organizan de 4 a 5 exposiciones al año para asegurar la máxima calidad de todo lo que hacen.