La del sábado fue una gran noche de rock navarro. Tres grandes bandas de la tierra, con trayectorias y estilos diferentes pero también con puntos en común, ofrecieron una velada musical de altura en la sala Canalla. Los primeros en actuar fueron los Big Member, que durante una hora se dedicaron a repartir estopa sin pausa ni piedad. Es el suyo un rock contundente y melódico, ideal para que la muchedumbre que allí se dio cita entrase rápidamente en calor. Interpretaron doce canciones, entre las que destacaron Pepito Grillo o Vietnam. Su sonido fue rocoso, perfectamente cimentado sobre la batería y el bajo, y con las dos guitarras dibujando las melodías sobre las que cantaba Unai (que, por cierto, celebraba su cumpleaños). En el tramo final hicieron dos versiones: Perlas ensangrentadas, de Alaska y los Pegamoides (en su concierto del Akelarre de hace unos meses tocaron Un día cualquiera en Texas, de sus primos hermanos de Parálisis Permanente), y Loca, de José Luis Perales, ambas adaptadas a su contagioso estilo. Se despidieron con Imbécil y la sala al completo entregada al baile.

Llegó después el turno de La Rana Toro, que está volviendo a la actualidad musical después de unos cuantos años de letargo. En los últimos tiempos, el quinteto ha lanzado dos nuevas canciones (La paz y Química), con las que están demostrando que no han perdido el pulso compositivo ni el olfato para cazar melodías. La novedad siempre se aprecia y, de hecho, La paz fue una de las mejor recibidas de la velada. No fue la única, claro. En Dejar de estar asustado salió a cantar con ellos Ione Aierdi, y en Todo por ti, mi amor, fue Suko el que bajó a interpretarla paseando entre las primeras filas. Por cierto, merece una mención especial el atuendo que lució el vocalista, a medio camino entre villano de película de super héroes y distinguido pordiosero punk. Dijeron que La Rana Toro no volvía porque nunca se había ido, pero esperemos que, en adelante, tengan una actividad más constante. Su rock atmosférico tiene algo especial y siempre es un placer escucharles croar.

El honor de cerrar la noche recayó en Exuvia, y no solo la cerraron, sino que también le prendieron fuego. El trío, que debutaba en Pamplona, ya había dejado claro cómo se las gasta con la reciente publicación de su primer epé, Un día ahí dentro, pero, encima del escenario, su sonido es mucho más salvaje, si cabe. Amaia, vestida con pantalones de boxeo, saltaba y gritaba; Patxi estrujaba las cuerdas de su guitarra hasta sacar de ellas un sonido atronador, mientras que Carlos no daba tregua a su batería. Solo cincuenta minutos y solo un trío de guitarra, batería y voz, sí, pero menudos cincuenta minutos y menudo trío. Se comportaron como una auténtica apisonadora, y si no, que se lo pregunten al público, que respondió con pogos a la descarga de energía que el grupo les echó encima. Además de los cuatro temas del epé, el sábado tocaron ocho canciones más, así que, seguramente, en breve tendremos noticias suyas.

CONCIERTO DE BIG MEMBER & LA RANA TORO & EXUVIA

Fecha: 20/01/2024. Lugar: Sala Canalla. Incidencias: Muy buena entrada, prácticamente lleno. Público muy participativo.