CONCIERTO DE ROCÍO MÁRQUEZ & BRONQUIO

Fecha: 10/03/2023. Lugar: Museo Universidad de Navarra. Incidencias: Muy buena entrada, prácticamente lleno. Rocío Márquez y Bronquio presentaban su disco Tercer cielo, que ha sido considerado el mejor de 2022 por varias publicaciones de prensa especializada.

El auditorio estaba en completa oscuridad. Una introducción de música electrónica ambiental fue lo primero que se escuchó. “Si me levantas el pelo / verás mi frente marcá / por la navaja del tiempo”. Poco a poco, se fue intuyendo la silueta de Bronquio, al fondo del escenario, perfilada a contraluz, manejando sus maquinitas. Costó más vislumbrar a Rocío, pero estaba, vaya que sí estaba. Comenzó reptando por el suelo, escarbando en la tarima del escenario y dejando que su voz brotara de ella como una hermosa flor entre la penumbra, recitando, entre otros, versos de Miguel de Unamuno, Federico García Lorca o Luis García Montero. 

Se incorporó, por fin, mientras Bronquio disparaba su arsenal de palmas sampleadas. “El silencio vence al miedo”. Extendió un mantón por el suelo formando media circunferencia perfecta y, efectivamente, no tuvo miedo a la hora de fusionar su cante, nacido en la forja de la tradición más profunda, con la electrónica vanguardista de su compañero. Lo dijeron en la entrevista que concedieron a este periódico: Tercer cielo es un canto a la libertad de crear, y también la libertad de tener criterio propio en tiempos de adoctrinamiento y pensamiento único. 

“Qué solitaria vivo”. No hay compañía fuera del rebaño, cuando uno se aleja de todos los dogmas para afrontar el proceso de creación con la mirada limpia y la conciencia liberada del lastre de los prejuicios. Bronquio utilizaba su ordenador como un machete para desbrozar la maleza y que la voz de Rocío, noble, clara, resplandeciente, se adentrase por senderos musicales nunca antes transitados. 

No solo cuidaron la parte musical, sino también la escénica. Con dos enormes sábanas blancas extendidas al fondo, formando un ángulo recto entre ellas, utilizando luces y contraluces, proyectando en ocasiones sus figuras sobre ellas como sombras chinescas. No fue un concierto uso, sino más bien una performance. Una oda al cante jondo electrónico. Una rave flamenca dividida en cuatro actos que no podía escenificarse en ningún otro escenario mejor que en el de un museo, en este caso el de la Universidad de Navarra, que asistió en completo y respetuoso silencio a la representación. 

El espectáculo avanzó sin fisuras hacia su tramo final. La cantante, inmóvil, con la melena cubriéndole el rostro y las manos extendidas hacia el frente. Bronquio, disparando electrónica dura y bailando detrás de su mesa. “Si me levantas el pelo / verás mi frente marcá / por trazos de barro”. Así se cerró el círculo. Los dos artistas saludaron emocionados a un auditorio puesto en pie que aplaudía con entusiasmo. Aún dieron una propina, esta vez a capella. Ya sabíamos que Tercer cielo fue uno de los mejores discos del año pasado; ahora también podemos afirmar que su puesta en escena es una de las mejores que han pasado por Pamplona en mucho tiempo. Fueron los últimos versos de su actuación, y serán también los últimos de esta crítica: “Qué grande es / la libertad”.