La movilidad vive un cambio de paradigma con la conectividad, la electrificación, la automatización y los nuevos modelos de movilidad (como por ejemplo la compartida) como ejes de la transformación hacia una movilidad inteligente y sostenible. Ane Insausti, directora del Polo de Movilidad Inteligente y Sostenible MUBIL, lo tiene claro: No se trata de un cambio que nos vaya a afectar en el futuro; de hecho, ya nos está afectando”. En ese sentido, Insausti insiste en la necesidad de “seguir haciendo los deberes para no quedarnos atrás”. 

Los coches de combustión tienen fecha de caducidad: será en 2035 cuando dejen de fabricarse en Europa los vehículos diésel, gasolina o híbridos. ¿Lo ve factible?

Es un reto en el que nos jugamos mucho. El impacto medioambiental de la movilidad en el entorno de las ciudades es enorme. En Europa, más del 20% de las emisiones de gases de CO2 proviene del transporte terrestre y, a su vez, el 40% de estas emisiones corresponden a la movilidad urbana. Tenemos que hacer todo lo posible para cumplir los plazos, y para ello tiene que haber una apuesta clara tanto de los agentes públicos como privados. En este momento, la confluencia de la crisis climática y la crisis energética sitúan el desarrollo sostenible y la movilidad inteligente y sostenible como una prioridad. 

¿Está Euskadi preparada para el cambio?

Llevamos un tiempo preparándonos y tenemos que seguir haciendo los deberes para no quedarnos atrás. No se trata de un cambio que nos vaya a afectar en el futuro; de hecho, nos está afectando. El sector de la movilidad en general ya comenzó la transformación y están surgiendo nuevas oportunidades que, a su vez, están haciendo que se generen nuevas empresas y que las empresas existentes también se diversifiquen. 

“Están surgiendo nuevas oportunidades que, a su vez, están haciendo que se generen nuevas empresas y que las existentes también se diversifiquen”

Buena muestra de ello la encontramos en MUBIL, el Polo de Movilidad Inteligente y Sostenible surgido en el marco de la estrategia Etorkizuna Eraikiz de la Diputación Foral de Gipuzkoa, que cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco y del Ente Vasco de la Energía. Un proyecto consolidado con la reciente incorporación de Cidetec, Tecnalia y Ceit. ¿Qué suponen estas adhesiones?

Suponen las primeras adhesiones que se incorporan al Polo MUBIL con inversión privada. Es un hito muy importante para el proyecto en su conjunto. Estamos hablando de iniciativas con un alto grado de innovación tecnológica, lo que supone un paso más en el objetivo de convertir el territorio en un actor relevante a nivel internacional en el ámbito de la movilidad sostenible

Desde MUBIL hacen hincapié en la importancia de promover un ecosistema basado en la colaboración público-privada. ¿Por qué?

Creemos firmemente en la colaboración entre los distintos agentes, más allá de los ámbitos público y privado. La colaboración es uno de nuestros valores clave y esto es debido a que no nos cabe la menor duda de que para alcanzar el objetivo que nos proponemos tenemos que aunar esfuerzos sí o sí. Juntos avanzaremos mejor y más rápido. Nos enfrentamos a un reto de dimensión global y posicionarnos en ese escenario como actor relevante en el desarrollo de la movilidad inteligente y sostenible nos puede abrir la puerta a grandes oportunidades de futuro. 

“La colaboración es uno de los valores clave de MUBIL, y es que no nos cabe duda de que para alcanzar el objetivo que nos proponemos, tenemos que aunar esfuerzos sí o sí”

Lo cierto es que la industria vasca de la automoción, clave en el desarrollo económico de Euskadi, está viviendo un cambio de paradigma. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la industria vasca?

La industria vasca está bien posicionada porque lleva años desarrollando las tecnologías futuras que nos van a ayudar en la transición hacia una movilidad más sostenible. Pero no estamos solos en esta carrera, por lo que no podemos despistarnos ni un segundo. Desde MUBIL estamos fortaleciendo un ecosistema capaz de crear e impulsar iniciativas que ayuden a que el mundo se mueva de forma más inteligente y sostenible, aportando, además, desarrollo económico y bienestar social a nuestro territorio.

No podemos hablar de transición sin mencionar la necesidad de impulsar la creación de nuevos proyectos tecnológicos. Ese es precisamente el objetivo de los MUBIL Mobility Awards, cuya segunda edición, que acaba de celebrarse, ha contado con una amplia participación. 

Los MUBIL Mobility Awards buscan identificar proyectos con un alto grado de innovación tecnológica para incorporarlos al ecosistema MUBIL, apoyarles en el desarrollo del proyecto, fortalecer nuestro ecosistema y generar colaboraciones con agentes de nuestro entorno.  

En la final, celebrada el pasado 20 de octubre, resultaron ganadores los proyectos Green Eel y Nemi Mobility Solutions.

Sí. Se presentaron más de treinta iniciativas y tuvimos proyectos tanto del ámbito de la electrificación, como de nuevos servicios de movilidad y también de movilidad conectada y autónoma. El primer premio ha sido para un proyecto relacionado con las infraestructuras de recarga y el segundo, un proyecto orientado a ofrecer servicios de transporte público a demanda. Dos proyectos muy distintos entre sí, pero con un gran potencial y capacidad de impacto para que nos movamos de forma más limpia y eficiente. Para las empresas ganadoras, tener la posibilidad de integrarse en el ecosistema MUBIL supone facilitar el acceso a otros agentes del sector, explorar nuevas vías de colaboración, validar sus propuestas y acelerar la maduración de su propio proyecto. En ese sentido, la alianza con proyectos emprendedores de innovación es clave dentro de nuestra estrategia.