Pamplona - El presidente del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro, Josecho Vélaz, reflexiona sobre la industrialización de la construcción y los retos a los que se deben enfrentar los profesionales en este cambio de paradigma.

¿Qué es construcción industrializada y qué supone para el sector de la construcción?

- Se presenta como alternativa a la construcción tradicional, utilizando procesos y técnicas industriales caracterizadas por la producción en taller de los componentes que se trasladan para su posterior ensamblaje en obra.

Es necesario distinguir entre construcción industrializada y construcción modular; esta última ignora muchas de las cosas que definen la arquitectura (fusión de arte y técnica: un ejercicio en el que se envuelven orden, síntesis, semiología y materia mediante un proceso creativo).

¿Qué ventajas tiene frente al sistema tradicional?

- Permite un control riguroso de los costes y tiempos, además de reducir errores de ejecución, dado que parte de ellos se realizan en un entorno controlado y con mano de obra especializada. Tanto la mejora de las condiciones laborales como de la siniestralidad, no afectadas por la climatología, puede ser notable. Asimismo, genera una menor cantidad de residuos. Como positivo, destacaría el cambio de paradigma, un enfoque más profesional y un control de la calidad mayor. Permite avances de I+D improbables con el sistema actual y controlar los riesgos, aunque pueden surgir nuevos.

Por el contrario, existe aún bastante desconocimiento, aunque no es nada novedoso: origen del "ballon frame" a finales del siglo XVIII; la "arquitectura del hierro y vidrio" de la Revolución Industrial, impulsada a finales del siglo XIX y comienzos del veinte; hormigón de la primera mitad del siglo pasado; e innumerables ejemplos durante la segunda mitad como Kit houses, casa Dymaxion, 25 Maisons Standard Metropole, Case study, Habitat 67, Nagakin capsule tower, Zip-up, etcétera.

Los años de experiencia que atienden a la lógica evolutiva no se pueden aprender en corto espacio de tiempo. Es un sistema rígido que limita y condiciona, tanto estructuralmente como de variedad y versatilidad, ya que su razón de ser es la producción en serie. El ahorro de costes y tiempos exige una producción a gran escala.

¿Estamos viviendo una revolución del sector?

- Suena innovador, pero no lo es. Lo que en este momento probablemente se den son las condiciones para su desarrollo. La asentada conciencia ecológica puede ayudar.

¿Es compatible el diseño con la construcción industrializada?

- Depende de qué diseño. Su rigidez impone otras pautas, resta libertad, pero no impide realizar un buen diseño. De hecho, tiene mejoras claras en cuanto al nivel de acabados. Siempre se debe buscar la excelencia de la arquitectura; la industrialización debe ser una ayuda para la misma. Una arquitectura excelente debe ser sensible siempre a las necesidades concretas de sus usuarios, particularizada, de su entorno, de su "locus", de su cultura concreta, de su arte y emotividad.

¿Están preparados los profesionales?

- Creo que no va a ser fácil. Estas cosas prosperan con la adopción masiva. Ha ocurrido en la fabricación de algunos componentes y se ha trabajado intensamente para posicionarse en el mercado, con gran éxito en algunos casos; pero son necesarios muchos recursos y mucha formación.

¿Qué papel está jugando el Colegio en esta nueva forma de construir?

- Lo miramos con prudencia. Lo que no nos gusta es que la herramienta se convierta en un fin. Por encima debe estar la arquitectura. Es fácil confundirla con construcción; son materias intrínsecamente ligadas, pero la una sin la otra no resulta: la arquitectura sin construcción es papel mojado, pero la construcción sin arquitectura es eso, mera yuxtaposición de piezas con nula reflexión ni alma. El papel del arquitecto debe seguir siendo fundamental, tiene una visión holística que no va a tener otro agente. La arquitectura es mucho más compleja y exige mucho más conocimiento del que el lego en la materia supone.

Estamos realizando formación y previendo que esta aumente sensiblemente, pero con el enfoque de cómo utilizar, cuando proceda, la herramienta para hacer mejor arquitectura.

¿Navarra está preparada para la transformación de la construcción hacia estos sistemas?

- Aún falta mucho, pero es un sector que es capaz de reaccionar muy rápido. Quizá el problema más grande sea la mano de obra especializada y el nivel de inversión que requiere.

¿Qué puede aportar el COAVN al futuro Centro Nacional de la Industrialización de la Construcción?

- Es una fantástica noticia. El potencial de crecimiento es enorme y puede poner a la construcción a la altura de otros sectores industriales, generando mano de obra y conocimiento y desarrollando de primera mano soluciones cuyo mercado puede ser mundial.

El COAVN es el órgano que aglutina a los profesionales ejercientes y realiza una labor fundamental en la conexión entre estos y la Administración. Provee de herramientas formativas para que podamos estar al día y revisa, interviene y sintetiza la numerosa normativa que constantemente se actualiza, labor hoy en día indispensable. Y, por supuesto, vela por la arquitectura y su calidad desde un punto de vista global. Es garante de la sociedad y de la ciudad que legaremos, sin otro interés que su defensa ante cuestiones que pueden tener otro tipo de intereses más sectoriales o estrictamente mercantiles.