José Miguel Ruiz de Gordoa, hijo del alto cargo franquista José Ruiz de Gordoa, gobernador civil de Navarra en la primavera de 1976, falleció el pasado mes de abril después de haber entregado información al Partido Carlista sobre lo sucedido en Montejurra 76. Si bien puso como condición que su denuncia saliera a relucir una vez fallecido, finalmente la mayoría de los documentos que aportó se hicieron públicos en enero de 2023, con él aquejado de una grave enfermedad, pero preservando su anonimato. Dicha documentación reflejaba la preocupación del Gobierno franquista de Arias por esta concentración que podía erosionar la figura de Juan Carlos I, heredero del dictador. Entre los documentos aportados destacaba una tarjeta de Manuel Fraga, una “nota reservada y confidencial sin fecha, según denunciaba esta fuente, denominada “OPERACIÓN MONTEJURRA TRADICIONALISTA” con presupuesto para 2.000 garrotas, encomendando la “dirección política” al tradicionalista Ramón Merino.
“Fue un crímen de estado”
Ruiz de Gordoa hijo dejó dos cartas póstumas, una más desarrollada y otra más sintetizada, en las que describía la visita del propio Ramón Merino al Gobierno Civil el 8 de mayo de 1976, víspera de los sucesos de Montejurra. Ruiz de Gordoa cuenta que este almorzó aquel día con el gobernador y su familia, y que en un momento dado, Merino llamó al rey Juan Carlos y que el monarca saludó a Ruiz de Gordoa.
El hijo del gobernador denunció que Merino fue la persona “a cuyo nombre estaban reservadas las habitaciones de todos los fascistas y pistoleros en el hotel Irache de Estella, reservas realizadas “desde el propio Gobierno Civil”. Al parecer tras lo sucedido en Montejurra, Juan Carlos I cortó la comunicación con él. Según el hijo de Ruiz de Gordoa, su padre cambió su valoración sobre el monarca y decía a su familia que “no podía ver “a Juan Carlos, y que si escribiera sus memorias “tendría que irse muy lejos y sería millonario”.
Ruiz de Gordoa fue relevado como gobernador civil de Navarra aquel mes de junio, y aún con Fraga como ministro de Gobernación pasó a ser el gobernador civil de Sevilla, cargo del que sería relevado un año después bajo gobierno de Suárez con Martín Villa al frente de la cartera de Gobernación. Para José Miguel Ruiz de Gordoa su padre “era una persona quemada” por lo sucedido, y su destitución preservaba que “otros”, como el propio Fraga, fueran “blanqueados”.
“Saquico de hostias”
Lejos de exculparle, Ruiz de Gordoa reconocía la responsabilidad de su padre, y se preguntaba cómo fue promocionado a gobernador civil de Sevilla después de ordenar a la Policía “bajo su mando que se inhibiese” en Montejurra. También recordaba que a su progenitor se le prometió ser senador real, cosa que no se cumplió; que le otorgaron la Gran Cruz de Isabel la Católica, que su padre al parecer no quiso recoger, y que careció de escolta pese a ser “un objetivo claro y directo” de ETA, pues “sabía demasiado”. A su juicio, utilizaron a su padre como ‘saquico de las hostias’ mientras otros han pasado a la historia española como adalides de la Transición”. “Tengo un gran sentimiento de culpa, después de lo mal que lo pasó”.