La ola de calor ha acelerado definitivamente los plazos de la vendimia de 2025, que se dispone a arrancar ya en Navarra. Un año que se prevé “con poca uva y alta calidad” y que confirma una evidencia ya más que probada. En las dos o tres últimas décadas, la vendimia se ha adelantado en Navarra en torno a dos semanas como consecuencia de un calentamiento continuo e irrebatible. 

“Vamos a comenzar con las uvas blancas tan pronto como la próxima semana”, explicaba ayer mismo José Manuel Echeverria, presidente de la Asociación Bodegas de Navarra y propietario de Bodegas Alzania, de Los Arcos. Será el momento clave de un año de nuevo complicado para el sector, que celebra en todo caso el buen estado sanitario de la uva a estas alturas del verano. “Ha sido un año con mucha humedad en primavera y ha habido que tratar mucho la uva, con el consiguiente gasto en fitosanitarios, que también está afectando a las bodegas”, explica Echeverría, quien alude asimismo a los menores rendimientos de la garnacha y al moderado impacto de las granizadas de junio como algunos de los factores que explicanrán la vendimia de este año.  

David Palacios, presidente de la DO Navarra, ya advertía hace unos días a EFE que las actuales condiciones de extremo calor “pueden hacer que la uva merme si las altas temperaturas persisten durante muchos días, pero si después cae alguna tormenta de agua favorecerá que la uva engorde algo más”.

Poca cantidad, muca calidad

En cuanto a la calidad que presenta la uva, “hasta ahora apunta a muy buena. Este año hemos tenido mucha suerte porque, salvo alguna zona concreta o algún foco, en Navarra se ha controlado muy bien el estado sanitario. Las lluvias, sobre todo en el final de la primavera y principio del verano, no han sido tan persistentes como en otras zonas de la península”. “Allí sí les ha afectado más el mildiu, pero aquí, en Navarra, hemos tenido mucha suerte, aunque ha sido un año para trabajar, para estar muy encima. Los viticultores han tenido que esmerarse mucho para llevar la uva a buen puerto y que ahora mismo su calidad apunte a ser muy buena”, corrobora.

En concreto, por variedades David Palacios indica que las blancas “se están comportando muy bien. Sin embargo, garnachas o tempranillos, van más desiguales en cuanto a producción. Les afectó bastante la calor de primavera para el cuajado de la uva”, repasa. Según Palacios, el cambio climático se está notando “de lleno” en la vendimia: “Hablamos ya de su inicio en el mes de agosto, cuando antes, incluso con variedades blancas de la época, no empezabas hasta mitades o principios de septiembre. Hemos visto cómo se ha adelantado ya 15 ó 20 días en 20 años”.

Además del adelanto de la vendimia, el cambio climático ha traído “estreses de altas temperaturas, de periodos de sequía y de posterior concentración de lluvias en períodos cortos de tiempo. Eso también afecta al viñedo y vemos cómo las variedades autóctonas se comportan mejor frente a estas adversidades que otras variedades que no están tan ligadas al territorio de aquí, de Navarra”.

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En cuanto a cómo se afronta la próxima producción y posterior venta de vino, Palacios reconoce que el sector tiene “muchos nubarrones”, especialmente en el mercado exterior, en el que la pandemia supuso un punto de inflexión. “La bajada que hubo en la comercialización no se ha recuperado a día de hoy en el mercado exterior. Mercados que eran muy importantes, como China y otros asiáticos, prácticamente están desaparecidos. Y otros grandes focos donde se ha vendido el vino de Navarra, como Alemania, Inglaterra, o países del Norte, han visto también disminuida su comercialización”.

La situación geopolítica que se vive a nivel mundial o la peor circunstancia económica actual son factores que pesan en todo ello, aunque el sector cuenta con los turistas que visitan España, un perfil “gran consumidor de nuestros vinos, de nuestra gastronomía y de nuestra cultura”. No obstante, a su juicio el sector también debe lidiar con “modas” como la de no consumir alcohol, lamenta