Carlo Ancelotti, que es un tipo sensato, de los que se piensan las cosas antes de soltarlas, ha criticado con dureza el calendario salvaje al que se enfrenta el Real Madrid, con siete partidos (ocho si se mete en la final del Mundialito) en 24 días entre Liga, Champions, Mundial de Clubes y Copa. “No se piensa en los jugadores. Hay un límite y ahora se está superando”. Y apunta, claro está, a los cuatro culpables –LaLiga, la Federación, la UEFA y la FIFA– o, más bien, al hecho de que esos cuatro organismos sean incapaces de ponerse de acuerdo para establecer un calendario que no exprima de esa manera a los futbolistas. Cuatro organismos tirando cada uno de un lado, en un obsceno todo vale por la pasta. Todo equipo tiene derecho a disputar con sus mejores bazas todas las competiciones, pero luego llegan disparates como esa acumulación de partidos y convierten el fútbol en un deporte de resistencia.