Juan Carlos Unzué hizo acto de presencia en la gala de las becas de la Fundación Induráin ofreciendo a los deportistas becados y a todos los presentes en la sala Reyno de Navarra una breve charla en la que destacó una anécdota personal y un par de sugerencias basadas en sus vivencias. “Me gustaría dar la enhorabuena a todos los premiados de las becas y animaros a seguir practicando estos deportes”, comenzó mencionando Unzué, para dar paso a comentar una experiencia junto a Miguel Induráin, cuando este todavía seguía en activo.

“En uno de esos Tour que Miguel ganó y, como bien sabéis, mi hermano Eusebio era director del equipo Banesto, tuve la suerte de poder seguir una etapa. Decidí que me iba a fijar en Miguel y me acuerdo que lo que primero me llamó la atención fue en el desayuno, ver que estaba delgado, esquelético, pensé que estaba enfermo”, detalló el exportero de Osasuna. “Cuando vi que sus compañeros y algún rival estaban igual, caí que no es que estuviesen enfermos, sino que estaban en plena forma”.

“Lo siguiente que me llamó la atención fue cuando ya estábamos en el coche. Mi hermano y José Miguel Echávarri tenían mucha confianza en Miguel, pero tuve la sensación que casi tenían más confianza los directores de los equipos rivales. Pasábamos al lado de los coches y unos me decían: ‘Hoy Miguel lo va a reventar’. Otros: ‘Miguel se lo lleva de calle’. Ese fue otro detalle que presencié”, siguió detallando Unzué, que afirmó que lo que más le llamó la atención fue en la meta, cuando el resto de los corredores estaban reponiendo fuerzas con refrescos y demás bebidas, mientras que el ciclista navarro se puso a disposición del fisioterapeuta que le entregó un líquido preparada para la ocasión. “En la vida y en el deporte hay un factor suerte, pero si cuidamos los detalles la suerte tiene muchas más posibilidades de caer de tu parte”.

A continuación, pasó a hablar de sus vivencias con la ELA y como ha afrontado los diferentes problemas. “No os pongáis límites mentales. Yo pensaba que si estaba dos días sin hacer deporte me cambiaba el carácter, me volvía irascible. Ahora llevo mucho más de dos años y el carácter me ha cambiado, pero a mejor”, confesó, añadiendo que esos límites se pueden superar. Por último, recordó que él ha sido muy activo y que en su vida se hubiera imaginado ser feliz en una silla de ruedas. “Llevo un año y pico en esta silla de ruedas y me hace sentir feliz”, añadiendo que, echando la vista al pasado, lo primero que encuentra es una expresión: “Lo intenté”. Una frase que relaciona con “ser valientes y atrevidos” y que “da mucha tranquilidad”. “En la situación que estoy, en mi vida hubiese pensado que no iba a poder moverme por mí mismo. Si en esta situación mirase atrás para ver las cosas que no hice, estaría frustrado. Pues no, sed valientes”, finalizó Unzué.