No solo la diferencia de la agudeza olfativa entre perros y humanos es grande, también cómo apreciamos esos aromas es distinto. Hay aromas, olores que a los humanos nos parecen una delicia y nos hacen sentir bien, incluso nos trasladas a otros mundos. Pero ocurre que esos mismos aromas pueden ser profundamente desagradables para nuestros canes. Quizá sea ese ambientador nuevo el que hace que repentinamente nuestra mascota se resista a entrar en el salón. Y volviendo a su agudeza olfativa, perciben el resto de olores que los humanos creíamos que ya se habían desvanecido.

Por esta razón, conocer los olores que producen rechazo en los perros es importante para que la convivencias sea buenas. Así algunos los podremos evitar, otros usarlos para que no se acerquen a determinados rincones y otros que son directamente perjudiciales.

Estos son los olores que más les molestan

Un perro huele el suelo de una cocina en busca de algo interesante. Freepik

Los aromas cítricos

A pesar de que a los humanos nos parezca una fragancia fresca y atractiva, a los perros es una de las que más les desagrada. El limón, la naranja, la mandarina molestan a los canes, tanto el olor de esta fruta como el muy concentrado de los aceites esenciales. De hecho puede llegar a resultarles profundamente irritantes. Pues debemos saber que el olor a limón, naranja, pomelo, mandarina…es uno de los más odiados por nuestros perros, tanto en su versión natural (la fruta en sí), como más aún en forma de aceites esenciales, más concentrados.

El vinagre

Siguiendo con los olores ácidos, el vinagre también les produce rechazo. Y de esto los humanos nos podemos hacer cargo ya que hay ocasiones en las que también nos puede parecer excesivo. En el caso de los perros, se suele usar para evitar que un perro orine en un punto concreto, especialmente dentro de casa. Para evitar problemas se recomienda que sea lo más natural posible y se diluya también en algo de agua

Los alcoholes

Empezando por el antiséptico, que además de resultarle insoportable hay que tratar de que no entre en contacto con la piel, y siguiendo por el de las bebidas alcohólicas y los geles hidroalcohólicos que tan presentes tuvimos durante la pandemia. Para muchos perros, las caricias tuvieron que ser un horror durante esos ¡meses.

Los perfumes, por partida doble

Colonias y perfumes producen en los perros rechazo por una doble vía. Por un lado, su base alcohólica y la presencia de potentes aceites esenciales ya les supone un problema, pero además ocultan nuestros olor personal, lo enmascaran por lo que cuando nos los aplicamos, el olor que tiene archivado de nosotros queda alterado por algo que les produce rechazo.

Los productos de limpieza

La lejía, el amoniaco, el cloro… son productos irritantes que si pueden llegar a ser molestos para los humanos usados en exceso y hacernos lagrimear, para los perros y sus sensible olfato puede ser tremendamente molesto y hasta peligroso. Cuando los empleemos en casa hay que evitar que nuestro perro ande cerca. Si alguien se lo puede llevar de paseo hasta que la casa quede bien ventilada, mejor. Esto puede ocurrir con numerosos producto químicos.

Esmaltes de uñas y sus quitaesmaltes

Dentro del mundo d ellos productos químico merecen capitulo aparte los esmaltes de uñas y productos afines. La abundancia de fuertes olores químicos que los componen, en especial los de las acetonas, les resultan muy molestos. Cuando nos pintamos las uñas, por lo general esperamos a que se sequen ante de tocar algo con la mano para no estropear el efecto final, pero tras eliminar con el quitaesmalte podemos acariciar a nuestra mascotas sin problemas, pero el olor sigue ahí. Y no les gusta.

Naftalina

La naftalina es otro producto del hogar que se usa con relativa frecuencia para evitar que las polillas se apoderen de la ropa. Y si espantan, o matan a la polillas, no es de extrañar que espanten a los perros y que además les resulten peligrosas para la salud. Lo mismo ocurre con el azufre, que ademas de que su olor les resulta desagradable, como a muchos humanos por algo está asociado al demonio, también es un riesgo para la salud y dejó de usarse como repelente en rincones donde orinaban.

El picante

Para los humanos, el umbral de tolerancia de lo picante, de la capsaicina, es variable, unos la aguantan mejor que otros. En los perros no es así, todos lo llevan mal y su capacidad olfativa puede verse anulada completamente, a parte de las numerosas molestias que les pueden causar, como irritación en ojos y vías respiratorias, estornudos, picores…