El ministro de Exteriores sirio, Faisal al Miqdad, viajará este sábado a Bagdad para mantener al día siguiente una serie de reuniones con altos cargos de Irak, incluidos el presidente y el primer ministro, en el marco del regreso de Siria a la Liga Árabe tras doce años de suspensión.

El Ministerio de Exteriores de Irak dijo en un comunicado que Al Miqdad aterrizará la noche de este sábado a Bagdad, donde tiene programadas una serie de visitas que darán comienzo el domingo por la mañana, que empezarán con una reunión con su homólogo iraquí, Fuad Husein.

Asimismo, está previsto que el sirio mantenga reuniones con el presidente de Irak, Abdelatif Rashid; el primer ministro, Mohamed Shia al Sudani; y el jefe del Parlamento, Mohamed al Halbusi, además de las autoridades del Poder Judicial del país árabe.

"La visita se centrará en las relaciones bilaterales entre Bagdad y Damasco, y el papel de Irak en la restauración de Siria a su asiento en la Liga Árabe", indicó el Ministerio iraquí en la nota.

También se abordarán "las formas de avanzar las relaciones en áreas que sean consistentes con los intereses de los dos pueblos hermanos", añadió.

Esta representa la primera visita de Al Miqdad a Irak desde que Siria fue readmitida en el seno de la Liga Árabe a principios de mayo.

Bagdad, que se ha erigido en los últimos años como uno de los países mediadores entre sus vecinos de Oriente Medio, estuvo pujando con vehemencia para el retorno de Siria al organismo panárabe y para una reconciliación entre la región y el Gobierno del presidente sirio Bachar al Assad.

De hecho, el pasado 27 de mayo el ministro de Transporte sirio, Zouhair Khzeim, ya acudió a Bagdad en el marco de una conferencia de desarrollo económico.

La Liga Árabe levantó hace tres semanas la suspensión impuesta a Siria en 2011 debido a la represión con la que Damasco respondió a las revueltas populares iniciadas aquel año en su contra.

Poco después del anuncio, Al Assad tomó parte en una cumbre de jefes de Estado de la entidad panárabe en Yeda, en el oeste de Arabia Saudí, marcando su regreso a la arena política de Oriente Medio tras casi doce años de repudio.