pamplona. El responsable reconoció los hechos y afirmó haber avisado a efectivos de la Policía Foral y a técnicos de Medio Ambiente tras el incidente. "Avisamos en cuanto supimos que se estaba produciendo el vertido; al ser una empresa de la zona, somos los primeros que queremos velar por la conservación de la naturaleza", aseguró el gerente de la empresa. "Con el objetivo de que no se vuelvan a producir este tipo de casos, estamos tomando las medidas oportunas", añadió el responsable.

Vecinos de la zona, que se pusieron en contacto con el Fondo Navarro para la Protección del Medio Natural Gurelur, especificaron haber interpuesto denuncias ante los efectivos autonómicos al comprobar cómo bajaban peces muertos por el río. De hecho, calificaron los hechos como "una auténtica catástrofe ecológica".

Según fuentes del departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local, el número de animales afectados ronda los 1.400 ejemplares, cifra que Gurelur elevó hasta 2.000.

Desde esta fundación manifestaron que la mayoría de los ejemplares muertos son adultos, y el departamento liderado por José Javier Esparza detalló que más del 50% de los animales recogidos son chipas, y el resto corresponden a cangrejos señal, madrillas, truchas y barbos.

Al parecer, el vertido se produjo por un fallo mecánico a la hora de bombear y vaciar un digestor (un dispositivo cerrado para obtener biogás), de forma que las alarmas no avisaron del fallo y se produjo fortuitamente el vertido.

Entre las medidas adoptadas por la compañía destaca un cambio en el proceso para que las válvulas solo activen la operación de vaciado con señal eléctrica, de modo que solo se produzca el vaciado cuando los efectivos de la empresa transmitan la orden, y no haya un vertido por una causa similar.

Vecinos del valle se quejan de que, aunque este fue el mayor vertido de todos, se han producido otros con anterioridad por falta de balsas de contención de residuos, lo que "provoca el deterioro del medio natural" en Ultzama.