El Ayuntamiento abrirá el nicho donde se encuentran los restos de Joaquín Gaztambide para comprobar su identidad cotejando su ADN con el de un biznieto. El alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, así lo ha anunciado esta mañana a través de las redes sociales si bien es un proceso que se está iniciando ahora y sobre el que no hay fecha para su realización. El enigma sobre los restos del ilustre músico tudelano siempre ha rodeado su recuerdo, incluso más allá de su obra. En el año 1955 la recién creada comisión para levantar el panteón (formada por el también músico tudelano Fernando Remacha, el médico José María Remacha y el secretario del Ayuntamiento Esteban López de Goicoechea) decidieron, por curiosidad, abrir el ataúd para ver los restos que se encontraban en el panteón de los Garbayo a la espera de un gran panteón donde colocarlos para ser ensalzado como tudelano ilustre (un panteón que nunca se llegó a erigir). Su restos se habían traído a Tudela en 1921, con motivo del centenario de su nacimiento, con gran pompa y boato. La sorpresa fue que al abrir la tapa apareció, en lugar del cuerpo de Gaztambide, los restos de unos zapatos de tacón rojos que, tras un detenido análisis del médico, se dedujo que pertenecían a una mujer de avanzada edad de alrededor de 1,55 centímetros de estatura. Nunca se supo dónde estaba realmente Gaztambide y los periódicos de la época trataron de abrir una investigación sobre dónde estaban los restos reales del músico.

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Joaquín, bisnieto de Joaquín Gaztambide, y Augusto Borderas Gaztambide en 2011 FERMÍN PÉREZ-NIEVAS

Después de numerosas entrevistas y revisión de documentos se llegó a dos conclusiones: Que el cadáver de Gaztambide fue el que salió de Madrid y que el féretro destapado en Tudela era el que llevó los restos del compositor. Testigos del traslado de 1921 así lo confirmaron. Los misterios comenzaron con el hecho de que el modelo de ataúd elegido en 1870 era el mismo que llegó a Tudela y que las sábanas que envolvían el cuerpo para amortajarlo fueron las que se colocaron también en 1870, además de encontrar dentro sales como las que vertió la funeraria en su entierro en Madrid. También se descubrió que la capilla donde se encontraba el músico hasta 1921 se derrumbó y con él, entre escombros, había otros ocho cuerpos, por lo contrataron un guarda para velar el cadáver hasta que llegó la representación de Tudela. Fotografías de la época demostraron que la caja que salió del cementerio fue la misma que abrieron en Tudela en 1955. Por otra parte, 20 años después de su llegada a la capital ribera, en 1941, los Garbayo movieron de nicho el ataúd de Gaztambide para colocar a otro familiar. Sin embargo, los enterradores aseguraron que colocaron una nota con la palabra “Gaztambide” para identificar la caja movida, por lo que tampoco entonces se produjo la pérdida del cuerpo. Por último, hubo testigos que aseguraron que vieron su rostro en la caja en 1921, en Madrid y en Tudela. Entonces ¿quién era la fallecida? ¿Cómo se produjo el cambio? ¿Dónde está Gaztambide? No hubo mausoleo y hasta ahora no hay respuestas.

En 1984 los restos se trasladaron a un nicho municipal que se abrirá para cotejar sus restos de ADN con su descendiente más directo, un médico de Málaga del mismo nombre, Joaquín Gaztambide, biznieto del músico. Si los restos no tuvieran el mismo ADN que el biznieto comenzaría entonces una larga búsqueda que, dificilmente, podrá dar resultados positivos y encontrar sus restos, tras 153 años desde su fallecimiento.