La elaboración artesana de tablillas de madera de haya tiene premio. Es la actividad recuperada y practicada por Javier Goicoa Juango y Jesús Mari Larrañeta Elizondo, septuagenarios aezkoanos que con ayuda de otros de su edad, e incluso mayores, “buenos en el manejo del hacha”, se lanzaron a la aventura en 2019 de recuperar la cubierta de la ermita de la Virgen de las Nieves en la Selva de Irati con tablillas de haya, tal como fue construida originariamente.

Por este trabajo y por enseñar sus conocimientos para evitar que se extingan, ha recaído en ellos (si bien el galardón lleva el nombre de Goicoa) de la séptima edición de los Premios de las Artes de la Construcción Richard H. Driedhaus, en su versión de acabado, que recibirán el día 1 de junio en el Museo de Santa Cruz de Toledo.

Maestros de la construcción tradicional, Javier Goicoa y Jesús Mari Larrañeta, nacidos ambos en Orbaizeta hace 75 y 76 años respectivamente, irán juntos a recogerlo, “como no puede ser de otra manera, porque uno sin el otro no somos nada. Somos inseparables”, subraya Goicoa.

El premio es importante para ellos porque pone en valor su trabajo en conjunto, si bien reconocen que la restauración de la cubierta de la Virgen de las Nieves ha dado mucha visibilidad al oficio perdido. Reformaron el tejado en auzolan con 7.500 unidades. “Lo importante es hacer las tablillas, el trabajo que emana de ese oficio, que es lo que queremos conservar” aseguran.

Esta es precisamente la vocación del premio que van a recibir: recuperar y dar valor a disciplinas al borde de la extinción por el abandono de antiguos oficios y preservar el medio ambiente, al trabajar con materiales naturales, reutilizables, duraderos y no contaminantes.

Escuela

Goicoa y Larrañeta van a hacer escuela. Será el próximo año en el monte de Orbaizeta. Lo primero que enseñarán será a elegir las hayas. “Marcamos las que ya están muertas, o no van a crecer más. No estropeamos el monte. Es totalmente ecológico. Enseñaremos el trabajo artesano, a mano con hacha, maza de madera y tronzador”. Como los últimos maestros tablilleros que son, conocen casi desde niños la elaboración y las propiedades del material, duradero y ecológico. Actualmente, investigan si puede llegar a ser ignífugo. Recorridos los pueblos del Pirineo y Prepirineo con su saber hacer, llegan ahora a Toledo a enseñar “con orgullo” a profesionales de la arquitectura sus conocimientos, y a los visitantes de la exposición Patrimonio Vivo, que recoge los trabajos ganadores de las siete ediciones.