Festividad de San Pedro, la fiesta entre las fiestas en Altsasu, el entorno de la ermita volvió a ser el 29 de junio lugar de celebración y encuentro. Además, pese a que los pronósticos meteorológicos anunciaban lluvias, se quedó en una pequeña borrasca a la tarde y se pudo disfrutar entre los centenarios robles del lugar, salpicado ayer de jaimas y toldos. Y es que muchas cuadrillas fueron previsoras y estaban preparadas para lo peor. Otras, las menos, decidieron reunirse en torno a una mesa a cubierto.

Esta fiesta, al igual que su espacio, apenas ha cambiado en siglos. El vino es uno los ingredientes fundamentales, bebida que ofrece el Ayuntamiento en las tradicionales tazas de plata, recipiente sostenible donde los haya. Para aquellos que tenían reparos o prisas, hubo vasos de plástico. Se repartieron 500 litros. Aunque las épocas de privaciones quedan lejos, cuando se aprovechaba para hartarse de vino, el puesto del Ayuntamiento sigue siendo el principal punto de encuentro.

El vino circuló de mano en mano en las tazas de plata. N.M.

Otro pilar de esta fiesta es el zortziko, baile imprescindible en las celebraciones de Altsasu. Así, cientos de personas, sobre todo jóvenes, acudieron a la primera llamada de los txistularis para bailar. Por la mañana fueron tres, uno encabezado por los quintos y quintas de este año. No en vano, en las celebraciones de Santa Águeda el zortziko es asignatura obligada. Por la tarde hubo más, el primero con el alcalde, Javier Ollo, a la cabeza. Antes se repartieron los puros, en torno a 700.

Zortziko en la campa de San Pedro con motivo de la romería a su ermita. N.M.

Las comidas, sobre todo en cuadrilla pero también en familia, es el otro ingrediente de San Pedro. Si bien algunas optaron por traerla preparada de casa y darle un calentón en el último momento, otras hicieron hogueras para la txistorra y la tocineta del almuerzo y el asado de la comida e incluso para una merienda-cena alrededor del fuego. Y es que la tarde se alargó.

Mesa del ayuntamiento con la nueva corporación y trabajadores municipales. N.M.

El robledal de San Pedro volverá a ser marco festivo este próximo domingo con las celebraciones de Urdiain, localidad con la que Altsasu comparte la titularidad de la ermita. En su dintel se cuenta que el 20 de enero de 717 fue proclamado en el lugar Garzia Ximenez como primer rey de Navarra. Si bien buena parte de los expertos consideran que lo anterior es una leyenda sin ninguna base histórica, los pueblos de valle de Burunda, desde Ziordia hasta Bakaiku, estuvieron exentos de impuestos hasta el siglo XV por ser la cuna de la monarquía navarra.