Un año más, y ya son 19 desde la recuperación de esta cita de origen ganadero con siglos de historia, Goizueta celebró el sábado su feria de ganado, artesanía y productos agroalimentarios. “Es la madre de todas las fiestas”, en palabras de Esteban Arotzena, de Feria Batzordea, una comisión que reúne a 15 asociaciones y colectivos además del Ayuntamiento. “Están representados todos los organismos del pueblo”, aseguraba, al tiempo que recordaba que tiene fecha fija, el último sábado de noviembre.
El tiempo acompañó y cientos de personas se acercaron a la feria, que se trasladó al frontón a la vista de los pronósticos meteorológicos, que se quedó pequeño para albergar a cerca de 80 puestos, con una variada oferta. Una veintena eran locales. Y es que es un día en el que baserritarras de Goizueta salen a la plaza con sus mejores productos. De Auxonborda bajaron los productos de la huerta, un bodegón de verduras, y hortalizas que daba gusto verlo. A su lado estaba José Ramón Jiménez, con miel y otros productos derivados de las abejas, una afición que ha heredado de su padre. En el exterior se pudo ver un centenar de cabezas, sobre todo de ganado ovino y equino. En la feria de Goizueta tampoco faltó talo.
Al mediodía hubo una demostración de perros pastores en Barrenetxeko belasoa de la mano de Javier Olaziregi, de Goizueta; José Antonio Ormazabal, de Gaintza, y Jexux Razkin, de Etxarri Aranatz, los dos primeros llevaron border collie y el último euskal zakurra. Kanel, de Ormazabal, fue el único que consiguió meter en el redil a las ovejas en menos de 10 minutos, y además le sobró casi la mitad con un tiempo de 5 minutos y 14 segundos.
La mañana finalizó con una comida popular que reunió a 530 comensales que dieron buena cuenta de un menú de producto local: alubias, guiso de betizu y postre. Al mando de los fogones estuvo Juan Antonio Lekuona con su hermano Miguel José de ayudante, a quienes les dieron buena nota. La tarde continuó animada con Matraka elektrotxaranga.
