Las nevadas y la acumulación de nieve suponen un inconveniente en los pueblos pequeños, pero se vuelve un problema aún mayor en valles pirenaicos de Navarra donde nieva más y los quitanieves tienen un acceso limitado. En estos casos, la limpieza de las calles recae en sus propios habitantes. 

Mezkiritz

Valle de Erro

“Con 4 tractores se limpian 11 pueblos”

La limpieza de los 11 pueblos que componen el valle de Erro queda en manos de cuatro personas con sus respectivos tractores, equipados con una cuña para retirar la nieve, y es Xabier Cía, alguacil del valle y vecino de Mezkiritz, el encargado de coordinar estos trabajos. “Los mando a los distintos pueblos en función de las necesidades que haya, así que cada uno se ocupa de zonas concretas”. Y aunque los cuatro tractores se encargan de retirar la nieve “sin problema”, Cía recuerda que hay “momentos puntuales” en los que el trabajo “se amontona un poco, porque se pasa la cuña y, a la media hora, está todo blanco. Pero nos apañamos”, asegura. 

Xabier Cía limpia nieve con una pala en Mezkiritz. D.N.

Sin embargo, en el valle no están solos por completo. Para llevar a cabo esta labor también cuentan con el apoyo de los quitanieves, con quienes se mantienen en contacto constante. “Para que no pierdan el tiempo con los pueblos pequeños y puedan centrarse en limpiar la NA- 135, nosotros nos encargamos de los accesos para que los quitanieves luego lo repasen y echen sal en las carreteras”. Mientras, en el resto del pueblo, son sus habitantes los encargados de la sal, para lo que el Ayuntamiento proporciona “cinco o seis sacos para que la gente la eche en el acceso a sus casas”. 

Pero la retirada de la nieve no es siempre una labor sencilla. Cía reconoce que algunos pueblos presentan mayores dificultades de acceso y limpieza, como ocurre en el pueblo navarro de Aincioa. “Está a casi mil metros de altura, es el segundo pueblo más alto de Navarra, y es donde más nieva y hiela”. A este contexto se añade su “carretera estrecha”, que obliga a los vecinos a “estar más pendientes”. En el caso de Zilbeti, el problema recae en sus empinadas cuestas que, combinadas con suelos helados, podría hacer patinar a los tractores, remarca Cía.

Vidángoz

Valle de Roncal 

“Donde no vive nadie no se limpia”

Esta situación de recursos limitados para limpiar la nieve de las calles se repite en el pueblo de Vidángoz, en el Valle de Roncal. “No nos queda otro remedio que arreglarnos como podemos”, apunta Tomás Pasquel, alcalde del pueblo y ganadero con tractor que emplea también para retirar nieve. “Aquí acaba la carretera así que el quitanieves llega justo hasta la entrada del pueblo”, añade. De esta forma, las calles quedan en manos de la maquinaria de sus habitantes y, en las zonas estrechas de difícil acceso, se limpian de manera manual. Eso sí, en Vidángoz, debido a su reducida población, cada vecino con recursos para hacerlo limpia solo “las calles que se utilizan, como son las que van hasta la consulta del médico o a la carretera”. “Pero donde no habita nadie no se limpia porque no hace falta”, destaca Pasquel. 

“Limpiamos la gente mayor, somos los que tenemos las herramientas”

Tomás Pasquel - Alcalde de Vidángoz

Sin embargo, el alcalde profundiza en el problema de la despoblación en estos valles. “Cuando yo nací vivíamos 315 personas, ahora vivimos 30”, recuerda. Una situación que se ve agravada por la falta de relevo generacional en las labores del campo, lo que hace que sus habitantes carezcan de los medios necesarios, como tractores, para hacer frente a la retirada de la nieve. “Toda la gente que tenemos maquinaria como para limpiar somos gente mayor”. En este sentido, “limpiamos los mayores, no porque queramos hacerlo, sino porque somos los que tenemos el ganado y las herramientas para hacerlo”. Y añade que “el día de mañana la gente que se quede no lo va a pasar bien” si caen grandes nevadas. 

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Aunque aún no haya sido el caso, con una nieve que este año de momento ha dejado entre 10 y 12 centímetros en Vidángoz, Pasquel rememora el manto de hasta 80 centímetros que cubrió el pueblo el año pasado. Pero el alcalde no muestra preocupación por la tardanza de las grandes nevadas. “Los inviernos aquí empiezan cuando termina la Navidad, entre enero y febrero es cuando empieza de verdad y llegan las principales nevadas”. Asimismo, asegura que en Vidángoz han “conocido inviernos de todas las clases”, con anticiclones que dejan un enero soleado y frío o con grandes nevadas. 

Abaurrea Alta y Garralda

Valle de Aezkoa

“La nieve impide ir a trabajar o al colegio”

El sobrevivir al invierno en el valle de Aezkoa es muy similar a hacerlo en Erro o Roncal. En el pueblo de Abaurrea Alta los vecinos con tractor y cuña se encargan de la nieve. Una limpieza que facilita el acceso a su vivienda ala gente mayor, como asegura Patxi Encaje, su alcalde y también ganadero. Asimismo, destaca el servicio que ofrece el quitanieves en la carretera principal, aunque, en un pueblo que depende de la venta ambulante y donde no quedan tiendas ni bares, a veces la nieve se vuelve un problema para ir a trabajar o llevar a los niños a la guardería en Espinal/ Aurizberri o al colegio en Garralda. 

Patxi Encaje posa junto a su tractor con cuña en Abaurrea Alta. D.N.

Es en este último pueblo en el que, una vez más, sus calles cubiertas de nieve se limpian con la ayuda de un tractor, como señala Beñat Barberena, vecino de Garralda. Una única persona es suficiente para limpiar las calles y, “salvo que haya mucha nieve, solo hace falta que pase una vez”. Aunque en las zonas estrechas toca retirar la nieve de forma manual. La de esta semana, además, ha sido solo una “nevadica”.