Cuando éramos muetes, en la escuela nos decían que, los árboles eran una aportación a nuestras vidas, a la sociedad. Su labor y favor decían hacer el transformar el CO2 en oxígeno. Retener las partículas de polvo. Humedecer el aire. Amortiguar el ruido. Dar sombra y frutos. Servir como hábitat para las diversas especies y un sinfín de cosas más. Nuestro maltratado planeta va perdiendo año tras año grandes zonas forestales. De esa deforestación, proliferan los incendios, ayudan al cambio climático etc. En ese sentido, es imprescindible planificar una creciente reforestación general, empezando por nuestra tierra.

En Tudela se celebró el primer día del árbol de Navarra en 1897, concretamente el 25 de febrero, es decir, próximamente hará 127años. Se plantaron en el término de Cascajar (Traslapuente) 405 árboles de varias especies entre otras muchas actividades. De todo ello, el Sr. Arnal fue el artífice. También de otras iniciativas, como la de invitar a que la Diputación Foral, editase la Cartilla forestal como guía para que el conjunto de los ayuntamientos navarros, fomentasen la forestación en nuestra comunidad.

Pues bien, Tudela a nuestro entender, no es en la actualidad el mejor ejemplo de lo que más arriba indicábamos, es más y aun entendiendo la expansión referida a la construcción de esta ciudad, creemos que el trato que se hace con el desarrollo arbóreo, es equivocado, interesado y mal planificado.

Cualquier reforma de nuestra plazas y calles se ven siempre afectadas por la mala programación en su construcción. Pondremos ejemplos como, la plaza de la Estación, la Avenida de la Misericordia, Paseo del Castillo, Paseo de Pamplona, Paseo del Prado, Herrerías, Paseo de los Tilos, plaza del Padre Lasa.... No se contempla en los diferentes proyectos, el debido respeto hacia el arbolado y jardines existentes.

Para construir, da la impresión que hay que destruir, es más, en algunos casos plantan nuevos árboles con el hándicap de que no crecen en muchos años y en otros casos ni se reponen, léase paseo del Castillo, árboles talados cuyos espacios han ido a servir de aparcamientos, privándonos de la sobra y frescura que nos ofrecían. Hay otros ejemplos donde la merma de arboles es evidente, retrocediendo con ello, en el desarrollo y mantenimiento de refugios climáticos.

"Para construir, da la impresión que hay que destruir, en algunos casos plantan nuevos árboles que no crecen en muchos años y en otros casos ni se reponen"

En cambio, en Navarra, el 60% de la superficie es forestal o lo que es lo mismo, 1.038.380 hectáreas son superficies forestales, correspondiendo de dichas hectáreas un 62.50% a arbolado y un 37.50% a forestal no arbolado. Como prueba pondremos Pamplona, ciudad agradable, saludable, donde la masa forestal es respetada, promocionada y mantenida.

¿Tudela capital del cemento? Los últimos ejemplos que podríamos indicar al respecto, es el paseo del Muro y Corredor Verde. En cuanto al primero y a pesar de que se plantarán árboles de acuerdo con el nuevo proyecto, se han talado todos los existentes. Y en relación al segundo, al Corredor Verde, más de sesenta arboles han sido igualmente talados. Por ello, cada día avanzamos hacia una Tudela, más gris, con más cemento y con una importante falta de espacios libres.

Por último, dos ruegos, uno, ¿sería pedir mucho que para cualquier proyecto de construcción edificación etc. en plazas, calles y solares de nuestra ciudad, los técnicos y nuestro ayuntamiento, se adaptaran en la medida de lo posible a las zonas verdes existentes para que la urbanización de Tudela, fuera acorde con las necesidades medioambientales mínimamente exigidas? Otro, no “enlaten” a los arbolicos y otras plantas herbáceas, quedan fatal.