A pesar de que las costumbres parezcan perderse, siempre habrá alguien que trate de recuperarlas y conservarlas. Y este es el caso de Elutseder, una asociación del valle de Erro que pretende difundir la cultura e historia de su zona; en esta ocasión con la publicación de Los americanos del valle de Erro, libro en el que se recopila los testimonios de 479 personas que emigraron a América (en especial a Estados Unidos y México) entre 1920 y 1994.

La asociación nació en 2011 porque “había muchas asociaciones que reivindicaban nuestra zona, pero ninguna tenía una intención cultural. Y nosotras queríamos hacer cosas prácticas”, cuenta Manuela Presto, secretaria de Elutseder. Actualmente cuenta con 55 socios, pero esto es el resultado de que, inicialmente, tres personas hicieron mucho ruido para restaurar las tradiciones, para que la historia del valle de Erro no cayera en el olvido.

“Hemos hecho muchos proyectos. Pienso, por ejemplo, en las labores de fijación de patrimonio inmaterial de hablantes de euskera, que es algo que estaba muy poco documentado”. En esta línea divulgativa, Manuela recuerda los paseos temáticos por el valle que abarcan desde la época prehistórica hasta la Guerra Civil o los talleres de fotografía (con los que convirtieron los búnkeres, que se conservan de la Línea P, en una cámara oscura). “Me viene a la cabeza también el momento en el que recreamos en Mezkiritz una escuela de la década de los 40 con todo objetos originarios del valle”. Todo ello resulta de que, a pesar de lo que decían muchos de los pastores que habitaron la zona, el valle de Erro siempre ha tenido algo que contar, algo con lo que vivir.

Manuela piensa en el resto de proyectos en los que llevan trabajando desde hace 12 años y se le vienen tantos de golpe que antes de continuar con la enumeración comenta: “Hemos hecho tantas cosas… A veces es difícil recordarlo todo”. Elutseder también ha hecho colaboraciones con las revistas de la zona, análisis de las fotografías tomadas en el siglo XX, talleres de pan, de quesos o un libro recopilatorio de las 66 canciones y dantzas en euskera de Erroibar . “También hay que destacar que colaboramos con el Ayuntamiento del valle, de manera que también hacemos otros proyectos que tienen otras cabezas pensantes”.

En la sociedad Erroko Etxea han presentado Los americanos del valle de Erro / Erroibarko Amerikanuak, un libro que ha surgido gracias al apoyo económico de Gobierno de Navarra y de la colaboración de muchas personas que, durante más de diez años, han apoyado el proyecto. “Es un tema que compartimos muchos de los vecinos de aquí; todos tenemos algún familiar que tuvo que emigrar por el hambre y la miseria que estaban padeciendo. Si no se iban, no podían tener futuro”, cuenta Manuela.

Con este libro se quiere homenajear a las 479 personas que entre 1920 y 1994 atravesaron el Océano Atlántico porque “a ellos se lo debemos todo. Y debemos preservarlos en la memoria. Nosotras hemos cogido este proyecto con muchísima humildad y esperamos no habernos equivocado mucho”. Por otro lado, también asegura que este largo proceso de más de diez años ha sido “muy bonito. Hemos tenido la suerte de dar testimonio, de devolver la voz, a muchas personas antes de que desaparezcan en la historia”. Sin embargo, el trabajo también se presenta con melancolía, ya que hay dos colaboradores que no han podido ver salir a la luz su historia: “Nos rompe el corazón que ocurra esto, pero por suerte quedará para el recuerdo su trabajo”, expresa.

La presentación ha sido todo un éxito.

Manuela todavía no ha podido tener el libro entre sus manos: “Va a ser un momento muy bonito porque sé que es casi tan grande como todo el trabajo que hay por detrás. Es muy emocionante porque llevamos esperando varios años la publicación del libro, pero no habíamos podido porque no era fácil subvencionarlo. Por suerte, le debemos mucho al apoyo que hemos tenido por parte de Gobierno de Navarra”.

Además del reflejo de la memoria, el libro tiene otra idea de fondo: el contraste con la actualidad. En aquellos tiempos, la situación estratégica del valle de Erro no favorecía el desarrollo; de ahí las constantes migraciones, pero en la actualidad es el único municipio del Pirineo que no ha perdido población en los últimos 30 años: “Me parece que es un contraste muy significativo. Ellos tuvieron que irse de su tierra para dar un futuro a sus hijos y, en cambio, ahora nosotros nos aprovechamos de que está cerca de la Comarca de Pamplona para seguir desarrollándonos aquí. Aunque la vida ha cambiado, nosotros somos por todo lo que nos dejaron ellos. Son las huellas del valle de Erro”, concluye.