Un pañuelo de cuadros con las cuatro puntas anudadas, una camisa estampada (cuanto más colorida mejor) de un tamaño superior al que se necesite, una funda de almohada (a modo de zurrón) para llevar caramelos y peladillas que poder arrojar, un pantalón blanco y un palo adornado con citas de colores en su parte más alta y cascabeles que delaten su presencia. Todo ello adornado con una máscara que ha de llevar pintadas las cejas y dos coloretes en los mofletes. Ése es el Zipotero tudelano. La figura emblemática de Tudela que cada año da el pistoletazo de salida al fin de semana del Carnaval y cuyo origen inicial se desconoce pero del que hay referencias desde 1783, con Yanguas y Miranda, y que también es repetidamente citador por Mariano Saínz y Pérez de Laborda en los Apuntes Tudelanos y por el escritor José María Iribarren (Batiburrillo navarro).

Los Carnavales tudelanos, como otros, desaparecieron tras la Guerra Civil y no volvieron a celebrarse hasta 1983. En 1989, algunos integrantes de la Coordinadora de Carnavales recuperaron la antigua figura carnavalesca del Zipotero tudelano y cinco años después, en 1994 se creó la del Zipotero Mayor, encargado de lanzar el cohete que da paso a tres días de desenfreno y con el que se pretende homenajear a personas que han trabajado, difundido y mantenido la fiesta del Carnaval.

"Es un honor y una ilusión y representa una gran emoción haber sido designada"

Ane Domínguez - Zipotera Mayor

En este año 2024, la elegida Zipotera Mayor ha sido la tudelana Ane Domínguez, profesora de Ikastola Argia. Será ella quien el próximo 9 de febrero, se convierta en el personaje clave y central dentro del inicio de las fiestas de Carnavales de Tudela y dé el pregón el próximo viernes a las 20.15 desde un balcón de la plaza de San Salvador, en el corazón del Casco Antiguo de Tudela. Así lo determinaron los tres colectivos que se encargan de organizar la celebración del Carnaval Rural de Tudela en ese día, peña Beterri, Gaiteros de Tudela e Ikastola Argia. Ane Domínguez lleva más de 30 años disfrutando, celebrando y divulgando la importancia de estas fiestas y las tradiciones, tanto en su familia como en su papel de profesora.

La Zipotera Mayor 2024 destacó el “honor, la ilusión y la emoción que para mí representa haber sido designada. He sentido muchas mariposas en el estómago formar parte del trabajo que hicieron hace muchos años, y del que tenemos que estar agradecidos, por recuperarlo y tenemos que seguir con esa recuperación porque es cultura de nuestro pueblo”.

Domínguez, perteneció en su juventud al grupo de dantzaris Muskaria, con el que viajaba para aprender y poder, así, enseñar y recuperar bailes. “Llevo participando en la calle muchos años. Es una tradición popular de Tudela que tenemos la suerte de que se recuperó, se preparó la figura del capirote, el zipotero, el baile y la indumentaria. Un trabajo que hicieron hace muchos años y que tenemos que estar agradecidos y seguir con esa recuperación de la cultura de nuestro pueblo. Empecé desde el Muskaria, grupo de danzas con 20 años y éramos muy inquietos con la cultura y la tradición popular. No nos importaba desplazarnos a pueblos de navarra para aprender de su Carnaval, sus bailes, sus ropas… Teníamos mucha inquietud y fueron unos años buenísimos en cuanto a aprendizaje propio”.

En su papel de profesora de Ikastola Argia también ha aportado mucha pasión en la transmisión de la fiesta entre los alumnos, alumnas y familias. “Vivo con mucha emoción ese día, cuando llegan a la ikastola con sus cascabeles, sus cintas. Es un día precioso. La transmisión la hemos hecho todos los que hemos estado de profesores y durante muchos años. Hemos sido punteros en ese aspecto, fuimos de los primeros centros que implicamos a las familias en prepararlo, motivarles. Hemos hecho y seguimos haciendo un trabajo muy importante; esos días nos olvidamos de los problemas”.

Ane Domínguez, durante el acto de presentación. Fermín Pérez Nievas

Con la elección de Ane Domínguez son ya 29 los zipoteros y zipoteras mayores elegidas en estos años, desde 1994, con la ausencia de los años 2021 y 2022 por la pandemia.

Otro de los elementos que ha dado vida, vigencia y bagaje al Carnaval de Tudela ha sido la recuperación de la Polka, que se baila tanto ese día, como el Domingo tras el desfile desde hace casi 25 años. Aunque se escuchó por primera vez en el año 1999, tras su letargo, fue un año antes en 1998 cuando un anticuario lo encontró en un piano.

El 3 de marzo del 2000 se recuperó un baile perdido, y que gracias al esfuerzo y a la alusión de personas como Jabitxu Pérez de Obanos (miembro de los gaiteros de Tudela) o Antonio Guerrero (músico sangüesino que hizo arreglos en dicha polka) que querían “recuperar las raíces de esta fiesta”. Este baile se perdió hace más de un siglo, compuesto por Julián Romera en 1896 con el título de Patria. De esta pieza se sabe que llegó a manos de los Gaiteros de Tudela procedente de sus compañeros del grupo Dierri de Estella.

Para que aquel 3 de marzo la polka saliera perfecta se organizaron unos cursillos para enseñar los pasos, ofrecidos en la Ikastola Argia y en el Polideportivo de Tudela, con la intención de que cada año el número de parejas que bailaran fuera en incremento, imitando los bailes populares de fiestas de Santa Ana en la plaza de Los Fueros. Aquel día de 2000 unas 25 parejas ataviadas con el traje de aquella época animaron a los demás asistentes a que les acompañaran en sus pasos.