Las obras de la nueva planta de tratamiento de basuras de la Comarca de Pamplona seguirán adelante y, además, sin la oposición del Valle de Elorz, su principal detractor. Tras dos años de pleitos el Ayuntamiento de Noáin/Valle de Elortz y la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona han enterrado el hacha de guerra apostando por una planta de tratamiento de residuos que posibilitará el cierre al actual vertedero de Góngora (Aranguren) y evitará el enterramiento de más de 90.000 toneladas anuales. El convenio entre ambas administraciones fue refrendado la semana pasada en el Ayuntamiento de Noáin por unanimidad previo respaldo de todos los presidentes de concejos del valles y con la abstención de Imarcoain. El próximo jueves está previsto que el convenio sea refrendado por el órgano ejecutivo de la MCP que por cierto lleva más de 20 años buscando una alternativa para tratar las basuras en la Comarca tras rechazar el Supremo el plan para la biometanización en Arazuri. 

A cambio de despejar el camino en los tribunales, retirar los recursos y validar el cambio del Proyecto Sectorial (PROSIS) para autorizar los nuevos usos en el polígono industrial (Ciudad del Transporte), el Consistorio consigue cuatro medidas en beneficio del valle. En primer lugar, que la MCP ejecute la ampliación del parque fluvial del Arga hasta Zabalegui. Se crea además una comisión de seguimiento para abordar los pormenores y dudas del futuro proyecto ambiental e introducir posibles medidas correctoras, a la vez que ambas administraciones se comprometen a instar al Gobierno foral para que reglamente lo recogido en la Ley foral de Residuos a favor de un canon para los municipios que albergan infraestructuras de este tipo de carácter supralocal. Es decir, que el Ayuntamiento perciba un dinero por tonelada de basura que llega a la planta cuando esté operativa a partir del año 2027.

Sebastián Marco interviene en un pleno del Ayuntamiento de Noáin. Unai Beroiz

Noáin también facilitará al ente comarcal los permisos necesarios para que el nuevo centro ambiental cuente con “las correspondientes autorizaciones y garantías legales y medioambientales”. Se arranca a su vez del ente comarcal el compromiso para que el futuro vertedero de inertes “o infraestructura análoga” con los residuos que salgan de la planta de tratamiento -y/o deshechos gestionados por la MCP no se instale en Elortz o en localidades limítrofes “a una distancia inferior a 1 kilómetro del límite con el término municipal de Noáin”.

Obras del centro de tratamiento de residuos en Imarcoain. Javier Bergasa

Según explicó el alcalde de Noáin Sebastián Marco, las obras de la nueva planta de residuos dieron comienzo en septiembre del año pasado y “hemos tenido en cuenta los intereses del valle para no seguir con esta guerra conscientes de que es una realidad cuyas obras avanzan y que la escalada de recursos no beneficia a nadie”. Se da la circunstancia que también en la cuarta fase de la Ciudad del Transporte está previsto que se ubique la nueva fábrica de baterías de Hyundai Mobis que suministrará al grupo Volkswagen las baterías que moverán los coches eléctricos que se fabriquen en Navarra a partir de 2026 y para otras firmas automovilísticas, un proyecto estratégico sin duda para Elorz y que también ha exigido agilizar los trámites para que el proyecto, declarado de interés general, pueda implantarse en Imarcoain.

En esta batalla judicial en la que Noáin ha estado en contra de la planta de residuos el Ayuntamiento logró paralizar la modificación PSIS de la cuarta fase relativa al cambio de usos pero la Mancomunidad ha ido subsanando los déficits legales para no paralizar un proyecto declarado de interés general y que obligó a tramitar de nuevo el proyecto. Ahora estaba pendiente un recurso al PROSIS (relativo a la parcela). El Ayuntamiento de Noáin se compromete en todo caso a someter a la comisión de actuación y seguimiento cualquier discrepancia que evite el inicio de “acciones judiciales y/o administrativas”. De hecho, las obras de la nueva planta (recogida en el Plan de Residuos de Navarra 2017-2027) está previsto que finalicen para finales de 2025 o comienzos de 2026. Con el objetivo de que, para 2035, la Comarca de Pamplona pueda cumplir el reto marcado por la Unión Europea y tender al vertido cero.

En el convenio destacan que “si bien la citada instalación ha venido teniendo contestación por parte del Ayuntamiento de Noáin, la situación de los terrenos en la 4º fase de la CTP, las futuras implantaciones en dicho ámbito y las obras iniciadas por parte de la MCP para ir acometiendo parte de las instalaciones precisas para albergar el CACP suponen un cambio en las circunstancias que acompañan la instalación implican que, en atención a esta realidad, resulta aconsejable plantear un escenario de cooperación, que permita acometer en el menor plazo de tiempo posible las inversiones necesarias para el cumplimiento normativo, con mayor seguridad jurídica, mayores garantías, evitando la litigiosidad, con el ahorro de recursos económicos que ello conlleva para ambas partes”.

El convenio al detalle

La MCP garantizará la ejecución del paseo fluvial en el río Elorz, a su paso por Noáin Valle de Elorz a lo largo de los años 2024-2026. De acuerdo al proyecto disponible tendrá 7.110 metros de longitud (desglosados en 2.260 m en Noain, 2.540 m en Imarcoain, 2.090 metros en Torres y 220 m en Zabalegui).

La MCP desarrollará los procedimientos de expropiación de los terrenos necesarios, la contratación y la ejecución de las obras a través de SCPSA. El Ayuntamiento se hará cargo del coste de obtención de los terrenos y la MCP sufragará el coste total de ejecución de las obras. Su ejecución se canalizará a través de un convenio específico. Para potenciar el uso del paseo fluvial en Elorz se elaborará además un plan de mantenimiento de caminos.

También en 2024-2025 se prevé llevar a cabo las obras incluidas en el Plan de Inversiones Locales correspondientes a la Plaza San Miguel, y se continuará con los pisos de Mocholi (calle Ventura Rodríguez y Arcos).

Cabe recordar que cada año, la MCP entierra en Góngora 90.000 toneladas de residuos sin tratar, unas cifras que afortunadamente se ha conseguido ir reduciendo un 13,5% en los últimos años, por el éxito del contenedor de tarjeta. Pero todavía no es suficiente. El Gobierno de Navarra cobra a la MCP un canon medioambiental de 40 euros por cada tonelada vertida, una millonada al año.