Los sesmeros se sumaron ayer a la fiesta y lo hicieron de la mano de la edil Nieves Martínez Barandalla en una jornada que estuvo marcada por la alegría, el buen ambiente y el humor. Dejando a un lado la espera motivada por la pandemia, decenas de personas se acercaron hasta la plaza consistorial para alzar sus pañuelos en alto y estallar de alegría una vez que el cohete estalló sobre el cielo ribero cuando el reloj marcaba las doce en punto.

Nieves Martínez, en el momento en el que prendió la mecha del cohete.

Aunque aseguraba estar “con muchos, muchos nervios”, Martínez, que estuvo acompañada por su familia tanto en el balcón como en la calle, apenas titubeó a la hora de dirigirse a los allí presentes. Micrófono en mano, pausada y con calma, comenzó: “Sesmeras, sesmeros. Han pasado 1.093 días desde la última vez que encendimos nuestras fiestas. Por eso, no es un cohete cualquiera. Es el primero en tres años y es el momento de recordar a quienes han trabajado para que hoy estemos aquí de nuevo; en especial a nuestros sanitarios Enrique y Pepa, a la plantilla de la residencia Virgen del Carmen, al servicio de atención a domicilio, así como a la labor colectiva de protegernos y proteger. Por quienes no están y por quienes os merecéis por fin disfrutar de estas fiestas. ¡Viva la Virgen de Nievas! ¡Viva Sesma! ¡Gora Sesma!”. Para el último gritó contó con la ayuda del también concejal Marco Iliberri y de su hijo Leo.

Frenéticas carreras delante de los cabezudos durante el chupinazo.

Nieves, que no se esperaba lanzar el chupinazo, insistía en que su primera reacción fue decir que no, pero que después recapacitó y aceptó. “La verdad es que me supone una emoción increíble, tendré que contener las lágrimas, y es que después de estos tres años va a ser muy especial porque supone volver a la normalidad. Recuperar las fiestas es una ilusión tremenda porque es que la cabeza ya lo necesitaba. La gente está con muchas ganas y creo que van a ser unos grandes días. Espero que todo el mundo disfrute de las fiestas y que lo haga con responsabilidad”.

La alcaldesa, Charo Echávarri, y el ganador del cartel, Ander Ansa.

Además, y a falta de unos meses para que concluya la legislatura, desvelaba que “ha sido difícil pero hemos trabajado con mucha, mucha ilusión. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido”. Entre los principales proyectos destacaba alguna obra que ya ha finalizado así como el nuevo colegio, “que ya está en marcha y que llevábamos mucho tiempo esperándolo”.

Tras la explosión del cohete, en la casa consistorial, en la que estuvo, entre otros, el consejero de Educación, Carlos Gimeno, todo eran abrazos y buenos deseos, mientras que en la plaza la charanga comenzó a caldear el ambiente con algunos temas para que bailaran las cuadrillas.

Los cabezudos, por su parte, agotaron a más de un txiki con sus trepidantes carreras por la plaza y a la cita tampoco faltaron los gigantes, dos figuras que también participaron en el pasacalles que realizaron por el casco urbano tras el chupinazo.

En el día de ayer, además, no faltó el almuerzo popular a base de txistorra y salchichas de halal (novedad este año) que elaboró un grupo de cocineros sesmeros, repartieron vasos reutilizables y tuvo lugar la entrega del premio al ganador del cartel de fiestas Ander Ansa.

Se mantiene la esencia

Para estos días, informaba la alcaldesa de la localidad Charo Echávarri, cuentan con un presupuesto de en torno a 100.000 euros y el programa no presenta grandes cambios si no que han preferido mantener la esencia de los años previos a la pandemia. De cara a estos días, y siendo consciente de las ganas que tiene todo el mundo, solo desea que vecinos y visitantes “disfruten a tope, en armonía, respeto e igualdad”.