Mikel Aldunate Garro, empleado de servicios múltiples jubilado del Ayuntamiento de Aibar, abrió ayer las fiestas de la localidad hasta el domingo. Él mismo lo colocó, prendió la mecha y lo lanzó al aire, como parte de un ritual repetido año tras año para otros. Pero ayer el homenajeado era él, y lo hizo con la aquiescencia de toda la Corporación.

El alcalde Kiko Martínez (izda) entrega la placa a Mikel Aldunate.

“Aunque es potestad de Alcaldía concederlo, lo sometimos a votación y fue elegido por unanimidad”, apuntaba el alcalde, Kiko Martínez Aldunate. 36 años de entrega en el puesto le han hecho a Mikel, añadió, merecedor del momento “por su larga trayectoria a Aibar y sus gentes”. Hubo cohete, placa y pañuelo para un empleado largamente agradecido al Ayuntamiento actual y a cuantos le precedieron. “Aibar siempre ha tenido Ayuntamientos humanos”, recalcó, antes de dar las gracias a alcaldes , con especial recuerdo a los fallecidos, Pedro Lanas y Luis Mari Burguete, Corporaciones enteras, secretarías, administración, centro de día, personal de limpieza de las calles del pueblo, y tuvo un guiño especial para su compañero, Toño Martínez.

Una cuadrilla disfrutando de los primeros minutos festivos.

“Ha sido un honor trabajar en armonía, con feeling y compromiso. Somos todos sarmientos de la misma cepa”, significó en un discurso largo y distendido, al tiempo que desgranó sus vivencias de un pueblo cuya transformación ha vivido. En la mañana de su homenaje, Mikel Aldunate estuvo acompañado de su mujer, Lidia Continente, y de sus hijos, Gorka y Odei , en el centro de una amplia familia, así como de una extensa cuadrilla.

La nueva Corporación se estrenó en sus primeras fiestas.

Por otra parte, el guión de los minutos previos al cohete contemplaba la entrega de los premios del concurso de carteles de fiestas: Sergio Ibarra Colomer (ganador categoría adultos) y las niñas Naroa Pérez Uresandi e Irene Cumba Arbeloa.

Llegó el turno después para 22 niñas y niños nacidos entre agosto de 2022 y agosto de 2023, tanto residentes en la localidad como en unión con ella por diferentes motivos. En castellano, el alcalde, en euskera, el concejal, Unai Burguete, agradecieron el gesto de conservar el vínculo con Aibar a padres y madres que se estrenaban o repetían en la imposición de pañuelos como bienvenida oficial. “Gracias por no romper el cordón umbilical con Aibar/Oibar. Sois nuestro futuro y esperamos que transmitáis el cariño que sentís por el pueblo”.

Dedicatoria

Marcaba el reloj de la casa consistorial las doce, cuando Mikel Aldunate se asomó al balcón para prender la mecha. Le esperaba la plaza llena, Comparsa y banda rodeadas de una juventud deseosa de anudarse el pañuelo al cuello. Entonces, el ya ex empleado municipal desde el pasado diciembre proyectó la dedicatoria de su cohete: “A los hombres y mujeres que llevan con orgullo el nombre de Aibar/Oibar, y especialmente, a los jóvenes que se quedan a vivir aquí. Aibar merece la pena”, concluyó su mensaje, y disparó la fiesta.

Animando a la juventud a fijar población, el empleado jubilado completó la satisfacción de aprovechar la oportunidad dada como un altavoz para expresar la necesidad de nuevos hogares. Pasados unos minutos se incorporaron homenajeado y corporativos a la fiesta. Un concurrido lunch popular transcurría en las arcadas del consistorio. El calor apretaba, pero no impidió a la Comparsa Auzolan estrenar sus bailes al son del grupo de gaiteros y gaiteras en la plaza, antes de salir a recorrer las calles en compañía del Karriko popular. La Txaranga de Aibar tampoco dejó de sonar y desplegó sus notas en el concierto vermú seguido al cohete.

Son dos imprescindibles de unas fiestas que se prolongarán hasta el próximo domingo, día 20. Como un alto en las mismas, hasta ese día se puede disfrutar en el segundo piso del ayuntamiento de la exposición de pintura de alumnas de Keiko Hosino, de 20 a 22 horas.