El sector industrial es la piedra angular del desarrollo económico de Navarra por su capacidad para impulsar la competitividad, generar empleo estable y de calidad e internacionalizar la economía. Su efecto arrastre sobre otros sectores, y su capacidad de innovar y de extender la tecnología a la sociedad hacen de la actividad manufacturera un motor de la productividad de las regiones.

Navarra, como recordamos continuamente, tiene una representación del sector industrial muy superior a la media del país (la media de España está en torno al 14%) con un porcentaje más cercano a economías de referencia como la alemana (ambas sitúan este porcentaje entre el 26 y el 30%).

Además, la industria navarra se ha caracterizado en las últimas décadas por la consolidación de sectores de alta especialización y valor añadido como la automoción, la energía y la cadena de valor alimentaria, pero a la par a la industria tradicional le está acompañando cada vez más un ecosistema de empresas en torno a la foodtech, a la biotecnología y a nuevos desarrollos digitales.

Navarra ha desarrollado, para dar soporte a esta estructura, un gran ecosistema industrial y tiene que preocuparse por mantenerlo para que sea entorno de desarrollo de nuevos sectores de futuro.

Como partimos de un tejido industrial con un gran peso y un excelente desempeño, nuestra obsesión debe de ser seguir desarrollando este ecosistema necesario de innovación y talento, para que las empresas industriales encuentren en nuestro territorio todo aquello que necesitan para crecer y desarrollarse.

La innovación es la gran aliada de la industria. Navarra tiene un largo recorrido estructurado en torno a Planes Tecnológicos y Planes de Ciencia que han fomentado un entorno tecnológico con universidades, centros de investigación y centros tecnológicos que colaboran entre si y con las empresas haciendo que la innovación arroje buenos resultados en nuestra Comunidad.

Pero, si bien Navarra se encuentra en el pódium de comunidades autónomas en materia de inversión en I+D (porcentaje de inversión en I+D sobre PIB de España 1,4% y Navarra 1,9%) no debemos contentarnos. Deberíamos aspirar a niveles de inversión en innovación similares a la media europea (2.32%) o al de Alemania (superior al 3%) que es el que mantiene a su industria altamente competitiva.

Navarra, por tanto, tiene que seguir apostando por el desarrollo de I+D y por la aplicación de estos desarrollos en su industria. El entorno de entidades de investigación tiene que acercarse todavía más a la industria y encontrar las vías de colaboración para encontrar soluciones que ayuden a las empresas a seguir mejorando su competitividad.

Deberemos, por tanto, seguir cuidando y mejorando nuestro sistema científico tecnológico y a su vez, alinearlo con el sistema educativo, pero sobre todo necesitamos vocaciones, necesitamos una generación entera de jóvenes que se apasionen con el reto de mantener la industria que garantizará la prosperidad de nuestra comunidad.

Y el talento se convierte así en el segundo gran reto necesario de la industria navarra.

Para tener ese talento necesario, no sólo necesitaremos nuevas vocaciones sino que, deberemos abordar de nuevo la formación desde dos flancos distintos. Por un lado, deberemos formar a las nuevas generaciones que deben integrarse en el mercado laboral teniendo en cuenta las demandas de la industria, y en nuestro caso, esas demandas son técnicas y tecnológicas. Para ello, es necesario dotar al sistema educativo de nuevas especialidades formativas que se adecúen a las actuales y futuras competencias. Este impacto formativo debe establecerse, tanto a nivel universitario como de formación profesional.

Por otro lado, deberemos potenciar el reciclaje de los profesionales actuales a través de la formación para el empleo, elaborando nuevos certificados de profesionalidad más actualizados. Al mismo tiempo, debe favorecer la realización de formaciones más breves, que permitan compatibilizar la formación, el trabajo en la empresa y el ámbito familiar.

Los centros y proveedores tecnológicos y universidades deberán estar más próximos a las empresas, creando espacios colaborativos que permitan compartir experiencias, ideas y problemas para generar sinergias que den lugar a innovaciones disruptivas.

Pero además, la industria navarra deberá afrontar el cambio de un rasgo propio de su estructura que puede estar poniendo freno al desarrollo de los retos anteriores: su tamaño.

Probablemente la estructura de la industria de Navarra con un elevado peso de la pyme hace que el porcentaje de innovación y de atracción de talento esté por debajo del nivel que le correspondería a su nivel de desarrollo.

El tejido empresarial en Navarra se caracteriza por un predominio elevado de micro y pequeñas empresas y un número reducido de grandes empresas. Esta estructura de pymes es muy propia de la economía española en general, sin embargo, acentúa mucho más los problemas cuando el sector mayoritario es industrial.

En Navarra hay un limitado número de empresas medianas industriales y esto condiciona la base de empresas con tamaño crítico para definir políticas de I+D+i, establecer estrategias de internacionalización y mejora de la productividad.

Aumentando el peso en el tejido productivo de empresas medianas industriales, se producirá un avance importante en productividad, innovación e internacionalización de las empresas y, a su vez, mejorará su capacidad para desarrollar y atraer talento.

Y este avance, se puede realizar ayudando a las pymes a crecer. Por eso, desde AIN hemos puesto en marcha una campaña de apoyo a la pyme en la que, a través de la puesta en disposición de distintos programas de apoyo, pretendemos ayudarles a mejorar su gestión, su digitalización, su enfoque comercial, su innovación... en definitiva, a crear estructuras más competitivas que promoverán su crecimiento, aumento de tamaño y mejora de productividad.

De esta forma pretendemos contribuir a que Navarra siga fortaleciendo su base industrial y así ser capaces de crear los empleos que necesitamos. Con esos empleos y la riqueza que generarán, mantendremos la cohesión social y fortaleceremos las bases del modelo de sociedad que con tanto esfuerzo hemos construido.