o sé qué desayuna, almuerza, merienda y cena esta gente. Los personajes más ejemplares de esa gente normal de la que le gusta hablar a las derechas como si los demás fuéramos marcianos. Me refiero hoy a la senadora de Navarra Suma por el PP Amelia Salanueva. Inquieta dice estar porque ETB transmitirá de nuevo este año por su canal 1 los encierros de Sanfermines en euskera con la señal cedida por RTVE a las que sumarán más cámaras propias. Y supongo que algo similar podrá hacer Navarra Televisión. Qué le pueda inquietar de ese hecho periodístico a Amelia Salanueva no lo alcanzo a ver por ningún lado. Supongo que el simple hecho que la lengua utilizada para narrar los encierros sea el euskera, aunque el euskera sea una lengua propia de Navarra. Lo es, de hecho, desde siglos atrás. No querer verla o manipularla a su antojo político no cambia la realidad ni la historia real. La obsesión de siempre como forma de aparentar que se hace política. Porque eso no es hacer política. De ser algo, básicamente es hacer el ridículo. Deduzco que se perderá todos los partidos de los diferentes campeonatos de pelota vasca porque se emiten en ETB-1 y también en euskera. Una pena que los prejuicios de la euskarafobia le prohiban disfrutar de ese espectáculo deportivo en el que Navarra acostumbra a llevarse las txapelas de los campeones. Y de otros muchos contenidos de las tierras, cultura, pueblos y gentes de Navarra. Y una pena que la acción política se limite a estas sandeces. Si su papel como senadora en el Grupo Popular no le ofrece más trabajo que perpetrar una nota de prensa expresando su preocupación por que los navarros y navarras puedan seguir la retransmisión del encierro por televisión también en euskera debería pensar quizá en dejarlo y dedicarse profesionalmente a otra cosa. Ni siquiera recuerda que no es la primera vez que ocurre. ETB retransmitió durante años los encierros y lo siguió haciendo después desde Euskadi Irratia igualmente en euskera. La sociedad navarra tiene otras inquietudes. Esas sí reales e inciertas. Si se desentiende de lo que realmente preocupa a los ciudadanos y ciudadanas navarras su papel en la política como servicio público acabará siendo tan prescindible como inútil. Ya le ocurre a su grupo político de Navarra Suma en el Ayuntamiento de Pamplona, que encadena una semana tras otras sentencias de los tribunales por incumplir su propia Ordenanza del Euskera. Nueve sentencias en su contra en los tres años que lleva Maya de alcalde, dos de ellas esta misma semana. No solo es un intento baldío de frenar la normalización del euskera, es ya una actitud que si no llega al delito de prevaricación se le parece mucho. Y acabará como tal delito sobre la espalda de alguno de los concejales responsables, porque a estas alturas y con ese rastro de condenas en la mochila es más que evidente que se incumple sistemáticamente la legalidad a la que obliga la Ordenanza del Euskera a sabiendas de que se incumple. Yo no me lo tomaría a broma. Y dejaría de actuar ante la justicia como un fanfarrón provocador. Esa obsesión enfermiza con el euskera de joder por joder puede terminar resultando muy cara. Un aviso a navegantes camino de zozobrar.