El apagón ha puesto el foco en las comunidades energéticas: grupos de vecinos y comercios que se constituyen como asociación para autoabastecerse parte del consumo a través de placas solares.

Desde hace cuatro años, el Ayuntamiento de Pamplona impulsa la creación de estas entidades, les cede el uso de instalaciones fotovoltaicas ubicadas en colegios y polideportivos y ya existen cuatro en la ciudad: Kemendi –Mendillorri, la pionera y la única en funcionamiento–, Arrotxa-E –Rochapea–, Ermen –Ermitagaña/Mendebaldea– e Ilarginea, que abarca a Azpilagaña, Milagrosa, Lezkairu y Santa María la Real y se presentará el 21 de mayo.

Txantrea, San Juan, Iturrama y el Casco Viejo ya han iniciado los trámites y el objetivo del Consistorio es que a final de 2025 todos los barrios tengan esta herramienta clave en la lucha contra el cambio climático. 

Mendillorri, pionero

187 socios y placas solares propias en el colegio Elorri

Mendillorri fue pionero. En marzo de 2022, tras una charla informativa organizada por el Ayuntamiento, 15 vecinos conformaron el grupo motor, en diciembre de ese año presentaron los estatutos y en enero de 2023 Kemendi quedó registrada oficialmente como comunidad energética.

Aún quedaba mucho camino por recorrer –elección de la junta directiva, captación de socios, definición de las cuotas, elaboración del plan de negocio, obtención de subvenciones del IDAE o cesión de la instalación fotovoltaica– y hasta el 1 de abril de 2024 no comenzaron a autoconsumir energía eléctrica procedente de las placas fotovoltaicas ubicadas en el colegio El Lago-Mendigoiti.

Hemos tenido muchísimo trabajo, pero ha merecido la pena. La experiencia está siendo muy buena, la gente está contenta y estamos orgullosos de lo que hemos conseguido”, saca pecho José, uno de los fundadores de Kemendi. 

La comunidad energética de Mendillorri es la única que está en funcionamiento, en este primer año de vida el interés por la iniciativa ha crecido y llegó un momento en el que había tantas personas que deseaban unirse al proyecto –en la actualidad son 187 socios – que la potencia de las placas fotovoltaicas municipales, 100 kilovatios, era insuficiente para abastecer la demanda. “Éramos demasiados, convocamos una asamblea y decidimos por unanimidad montar nuestra propia instalación”, explica. 

Kemendi pidió permiso al Consistorio para utilizar la cubierta del colegio Elorri, recibieron el visto bueno y pusieron unas 200 placas solares con una potencia de 100 kilovatios. La inversión ascendió a los 85.000 euros, los gastos se repartieron a partes iguales entre los socios –gran parte de la instalación está subvencionada– y desde mediados de abril autoconsumen la energía producida por estas placas solares.

Además, Kemendi está poniendo en marcha un sistema informático –14.000 euros– que permite conocer a tiempo real la producción de la instalación fotovoltaica, cuánta energía le corresponde a cada socio, cuánta ha consumido o cuánto debe pagar: “Estamos animados porque la asociación funciona, todos vamos a una y el trabajo da frutos”, incide.

Rochapea, los segundos

En junio, les cederán las placas de Patxi Larrainzar

El 15 de noviembre de 2022 empezó el proceso participativo para constituir una comunidad energética en la Rochapea, en marzo de 2023 se creó el grupo motor y el 25 de julio se presentó el proyecto a los vecinos: Arrotxa-E, una asociación sin ánimo de lucro que pretende conseguir una transición energética justa a través del autoconsumo, la movilidad compartida o el fomento de la economía local y circular. 

En la actualidad Arrotxa-E cuenta con 85 socios y en breve, esperan que para junio, el Ayuntamiento les cederá la instalación fotovoltaica de 100 kW situada en los tejados del colegio Patxi Larrainzar. “No comenzaremos a consumir de inmediato porque aún nos quedan gestiones con la empresa distribuidora y comercializadora. Creemos que será breve”, desea Asier Gutiérrez.

En el futuro, Arrotxa-E propondrá a sus socios colocar placas fotovoltaicas en tejados privados del barrio para satisfacer las necesidades energéticas de viviendas y comercios siempre que estén a menos de dos kilómetros de la instalación. 

La actividad de la asociación va más allá de la comunidad energética. El 11 de abril, el Ayuntamiento de Pamplona anunció que pondrá en marcha un proyecto de vehículo compartido eléctrico en la Rochapea en colaboración con Arrotxa-E, KarKarCAr Sociedad Cooperativa y Vilalta, la empresa adjudicataria de los puntos de recarga instalados en la ciudad.

El objetivo es cambiar el modelo de movilidad en el barrio, apostar por transportes eficientes y sostenibles y reducir la contaminación acústica y atmosférica.

Ermitagaña-Mendebaldea

El 80% de la energía creada en José María Iribarren

El 8 de junio de 2024 se presentó Ermen, la comunidad energética de Ermitagaña-Mendebaldea. “Fue un pequeño hito en favor de la transición energética”, defiende Juanma Eguidazu.

Ermen utilizará el 80% de la energía producida por la planta fotovoltaica instalada en el colegio José María Iribarren, la cesión se realizará por un periodo de 20 años –esperan que se produzca antes de San Fermín– y la entidad ya ha fijado los criterios de reparto: entre el 0,5 % y el 1% para las viviendas y entre el 1% y el 2% para los comercios.

El plazo de inscripción continua abierto, el precio de entrada es de 20 euros y en la actualidad hay 30 socios. “La iniciativa es un regalo, llevamos mucho tiempo remando y conseguiremos los 60 usuarios necesarios”, augura Juanma Eguidazu. 

Como el resto de comunidades energéticas, Ermen se ha comprometido ha realizar proyectos como cubiertas verdes –jardines compuestos por una capa de vegetación que se cultiva sobre una membrana impermeable en la parte superior de los edificios–, un vehículo eléctrico compartido o auzolan medioambiental.

Ilargienea: cuatro barrios

Lezkairu, Azpilagaña, Santa María la Real y Milagrosa 

Desde junio, 16 vecinos de Azpilagaña, Milagrosa, Lezkairu y Santa María de la Real trabajan a destajo para constituir la comunidad energética Ilargienea, que se presenta a la ciudadanía el miércoles 21 de mayo a las 18.30 horas en el Centro Intergeneracional Santa María la Real, ubicado en la calle Mutilva.

“Animo a todas las personas que estén preocupadas por el cambio climático, que quieran realizar iniciativas que reduzcan el impacto ambiental y que quieran promover actividades de barrio. Cuantos más socios seamos mejor”, alienta Mirentxu Asin, una de las fundadoras. 

El Consistorio les cederá el uso de las placas solares situadas en el polideportivo de Arrosadia y las cuotas y la distribución de la energía dependerá de la gente que se apunte. “No debemos hacer ninguna inversión inicial, es una oportunidad que no podemos desaprovechar”, subraya Mirentxu.