arcía Adanero y Sayas tienen un plan. No sé qué dice ese plan ni tampoco hacia donde camina exactamente, pero no es improvisado. Tampoco parece que se haya fraguado de golpe y apresuradamente después de su expulsión de UPN. Todo indica que ese plan viene de atrás, de unas diferencias internas en el seno del partido que han ido a más conforme han pasado los años con UPN cada vez más lejos de recuperar el Gobierno y que tienen buena parte de su epicentro, más que en diferencias ideológicas -a la derecha de UPN ya no puede quedar mucho-, en la disconformidad con la estrategia de Esparza y su equipo. El pacto de Esparza con el PSOE en Madrid fue la chispa que incendió el fuego. Adanero y Sayas desobedecieron la orden de votar a favor de la reforma laboral del Gobierno de Sánchez y todo se aceleró: su expulsión, la organización de la Plataforma Navarra y su presentación en público el martes ante unas 200 personas y con una presencia cualitativamente importante de militantes históricos de UPN y de otros partidos de las derechas navarras. De aquel Pacto de Madrid no se ha sabido nada más después del fiasco de la votación, pero vistas las consecuencias no parece que fuera buena idea. La crisis interna en UPN abierta tras la expulsión de sus dos diputados en Madrid es pública y evidente. Como lo son igualmente la pérdida de la representación en el Congreso, el alejamiento y desconfianza abiertos con sus socios en Navarra Suma, especialmente el PP, la posibilidad de una escisión y la condena a Maya a terminar la Legislatura en minoría en el Ayuntamiento de Pamplona sumando derrotas y fracasos cada semana. No se puede decir que haya sido un éxito. Decía el viernes en Onda Vasca García Adanero que de momento no se han planteado concurrir a las próximas elecciones forales y municipales. No se me ocurre qué otra cosa pueda hacer una plataforma política creada para eso precisamente. Porque intentar una nueva batalla interna desde fuera de UPN contra el liderato de Esparza es poco factible a solo unos meses de esos comicios. Me puedo equivocar, pero doy por hecho que Adanero y Sayas y su Plataforma Navarra estarán en las papeletas de las próximas elecciones. Cómo participen dependerá en gran medida de qué decida hacer Esparza con la coalición Navarra Suma. O también de qué decida el PP de Navarra sobre su continuidad en una coalición que ya es un fracaso en un momento que todo apunta a un tiempo de auge y victoria para el PP en el Estado -posiblemente hoy sea el claro vencedor en Andalucía-, con el liderazgo de Féeijo. Con Ciudadanos ya fuera del juego político, un escenario con las derechas en tres listas -UPN, PP-Plataforma Navarra y Vox-, es perfectamente posible. No lo va a tener fácil Esparza, porque, al menos por ahora, ninguna de las salidas le acerca mínimamente a esa obsesión de recuperar el poder en Navarra. Su nerviosismo quedó patente el jueves cuando protagonizó un discurso más exaltado y bronco de lo que ya acostumbra después de que fuera descalificado como resignado y débil por Adanero y Sayas. Lo reconoció sin ambages el alcalde de Iruña y vicepresidente de UPN, Enrique Maya: la aparición en el escenario político de Adanero y Sayas y las imágenes del acto del martes no son una buena noticia. l