El arte contemporáneo renueva su compromiso anual con el euskera en la exposición que ayer se inauguró en Pamplona, de la mano de la Ikastola Andra Mari, de Etxarri Aranatz, la encargada del Oinez en esta nueva edición. La naturaleza amenazada, en este tiempo presente incierto que nos toca, es el tema sobre el que reflexionan y trabajan los 83 artistas participantes, de diferentes estilos y soportes creativos. Una muestra colectiva, que este año homenajea a la creadora de Sakana Asunción Goikoetxea y que va más alla del arte para reforzar los lazos del euskera con el mundo de la creación vasca. Artea Oinez se ha convertido con el paso de los años no ya en una colectiva temática y solidaria, sino en un proyecto artístico de nivel en el que no faltan los nombres referentes del arte actual. La iniciativa lleva ya más de dos décadas, un tiempo en el que el euskera ha evolucionado en nuestra comunidad asentándose como la lengua propia que es, ganando espacios y territorios como el de la educación, la cultura y el ocio. Años en los que el arte también ha experimentado cambios importantes en Navarra, con nuevos espacios y proyectos pero sobre todo con lo más importante, con artistas que hacen del arte su opción de vida y lo ponen a disposición de la sociedad para lograr uno de los objetivos de este nuevo Artea Oinez: abrir ventanas y puertas a la imaginación para crear e inventar. Porque como dicen los organizadores, una sociedad con muchos artistas es, sin duda, una sociedad más abierta, saludable, culta y feliz.