Iruña inicia una nueva etapa de desarrollo tras años de parálisis. Se dota de 265 millones que incluyen 64 millones de inversiones para este año destinados a colocar las necesidades de las personas y de la ciudad en el centro de las políticas públicas. El pacto presupuestario se ha logrado cerrar en apenas tres semanas y evidencia, por un lado, la voluntad política entre EH Bildu, Geroa Bai, Contigo Zurekin y PSN para llegar a acuerdos y que está por encima de los pactos cruzados entre el tripartito por un lado, y EH Bildu y PSN por otro, acuerdos programáticos que al final son coincidentes en la base. En segundo lugar, pone de manifiesto la unidad de acción iniciada en la anterior legislatura en la que hubo sintonía en torno a proyectos como Caídos, Sarasate, rotonda de San Jorge, vivienda o acción social pero faltaba la pasta para echar a andar. Un proyecto contable que, además, blinda la acción de gobierno y ata a los socialistas a un pacto de no agresión para esta legislatura. Una ciudad que se persigue más igualitaria y equilibrada en todos los barrios, con especial atención a los que tienen más necesidades como es el caso de Buztintxuri, Milagrosa, Etxabakoitz, San Jorge, Rotxapea, Mendillorri o Erripagaña, trabajando de la mano con el Gobierno foral para asegurar servicios. La ciudad necesita acciones pero no para lucirse frente a otras o para atraer más turistas sino principalmente para coser costuras internas.