Negocios que se cierran. Esa es la realidad de cada día en casi todas las ciudades y pueblos. Comercios, bares, restaurantes, negocios en general que bajan definitivamente la persiana por falta de relevo, por no poder hacer frente a los alquileres o por no ser rentables en la actividad que desempeñan. Muchos no han podido superar la crisis tras la pandemia. Lo vemos cada día en nuestro barrio, ciudad o pueblo o en cualquier lugar al que viajemos y leemos con tristeza esos carteles de liquidación por cierre. Uno de estos locales que acaba de anunciar que deja su actividad es un espacio, en realidad varios, mítico en el mundo del arte contemporáneo. La Galería Marlborough, que cuenta con sedes en Nueva York, Londres, Madrid y Barcelona, acaba de anunciar que cierra sus puertas después de ocho décadas en el negocio del arte, con presencia en las principales ferias internacionales. A partir de junio dejará de representar a sus artistas y concluirá sus exposiciones. Precisamente estos días la sala Marlborough Barcelona acoge la exposición Autorretrato, un recorrido por la obra pictórica del artista navarro Juan José Aquerreta. No es el único creador local que se queda sin galería, con ella trabaja también David Rodríguez Caballero y en tiempos comercializó obra de Jorge Oteiza que compartía espacio junto a nombres como Jackson Pollock, Mark Rothko o Motherwell. El cierre de esta mítica galería es un aviso del delicado momento que atraviesa el mundo del arte, que en muchos casos ha dejado de ser negocio incluso para los más grandes.