Estos días hemos tenido temperaturas inusuales para esta época del año. Aunque no hacemos caso, las consecuencias del cambio climático están provocando sequías, olas de calor, que van a provocar incendios, cada vez más numerosos. Todo esto viene como consecuencia de una explotación extrema de los recursos por parte de esta sociedad de consumo en la que nos hemos instalado. Llevamos años que en los terrenos se quitan árboles y arbustos para rentabilizar más las tierras o se han vendido para edificar a constructores, con lo que el cemento campa a sus anchas en pueblos y ciudades. El primer incendio lo provocó una tormenta, el de la Sierra de Leire, los sucesivos incendios del sábado, según dijeron los bomberos, fueron provocados por las chispas de la maquinaría agrícola. Si se hubieran prohibido, como decía el Sr. Esparza, hubiera sido insólito en Navarra, circunstancia ha ocurrido y le hubieran tachado de déspota y autoritario. En una carta publicada por Juan del Barrio se decía que era la UAGN quien tenía que haber desaconsejado a los agricultores realizar estas tareas. Hay mucha gente que no funciona precisamente con "sentido común". Solo funciona a favor de sus intereses, más que por el interés colectivo. El dispositivo desplegado ha sido lo nunca visto. Han participado más de mil profesionales, 17 aeronaves y cientos de voluntarios. Se ha funcionado muy bién a pesar de que había varios incendios simultáneos. Todo esto nos debe servir para reflexionar sobre nuestros comportamientos de movilidad, a no ser tan consumistas, reciclar y, como se suele decir, "la avaricia rompe el saco" y al final nos hemos cargado el único planeta que tenemos y vamos a dejar a nuestr@s hij@s y, en definitiva, a nuestr@s descendientes, un planeta enfermo.