En el actual contexto de escalada de los precios del gas y la electricidad, emerge la energía verde como alternativa para fomentar la economía circular, minimizar la huella de carbono y optimizar la cadena de valor, con la consiguiente creación de puestos de trabajo fijos que posibilitarán el crecimiento demográfico de los valles pirenaicos navarros.

Ello implicará la conversión de la actual industria forestal hacia explotaciones que cultiven especies de mayor valor añadido o que produzcan de forma sostenible la biomasa necesaria para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, y de lo que sería paradigma la planta de biomasa de astillas de madera de Aoiz (Navarra).

Asimismo, dado que la producción de astillas de madera es más barata que la de pellets, no sería descartable la instalación de nuevas plantas de biomasa de astillas en la Montaña navarra que utilizarán la madera de aprovechamientos forestales en población próximas para optimizar la cadena de valor. Ello conllevará la creación de puestos de trabajo fijos y de calidad que posibilitarán el crecimiento demográfico de la Laponia navarra que abarcaría desde las Amezkoas hasta el valle del Roncal, incluyendo Urbasa, Andia, Quinto Real, Arce, Aezkoa y Salazar.

Así, el Gobierno de Navarra estaría estudiando la instalación de una nueva planta de biomasa de astillas en el polígono de Iciz (Salazar) para aprovechar las sinergias de las explotaciones forestales en los valles de Salazar, Aezkoa y Roncal, donde se habrían incrementado exponencialmente las talas de madera de pino debido a la importante subida del precio de dicha materia prima. En consecuencia, la biarra forzará al imaginario colectivo navarro a adoptar una nueva forma de pensar y una actitud proactiva ante una futura crisis, lo que supondrá el redescubrimiento de valores caídos en desuso como la economía circular, el auzolan, el respeto por el medio ambiente y la búsqueda de una nueva utopía vital.