Sólo el necio confunde valor y precio. (Antonio Machado)

Vivimos en una sociedad en la que el valor económico de las cosas a menudo determina su percepción de bueno o malo, necesario o superfluo. Criterio a todas luces limitado que influye también para las bibliotecas públicas, cuando son pilares de información, conocimiento, educación, cultura y ocio.

En 2014 se presentó el Plan Estratégico del Consejo de Cooperación que trataba del valor económico y social de los servicios de información de bibliotecas, con el objetivo de conocer la aportación de estas instituciones a la sociedad y a la economía nacional. Pues bien, partiendo de un gasto anual en biblioteca pública, universitaria, científica de 3.100 millones de euros año, el retorno mínimo es de entre 2,50 y 3,40 por euro invertido.

Si bajamos a la arena más cercana, nos encontramos con que UPN en Tudela mantiene a la Biblioteca de Tudela en la cola de Navarra. Se niega a aumentar los 6.000 euros que dedica a la compra de libros y mejorar sus servicios. Conviene recordar que esa partida se habilitó con el tripartito, siendo alcalde Eneko Larrarte, ni antes ni después ha existido interés en UPN por mejorar la biblioteca municipal. Su sentido de la cultura va por otros derroteros a la vista de su actitud ante las peticiones de la oposición.

Hay que reconocer que las personas que trabajan en la biblioteca se esmeran en ofrecernos orientación y sugerencia de los libros que hay. Quiero aprovechar la oportunidad para reconocer la amplia oferta cultural que, gracias al empeño del equipo, nos ofrecen a la ciudadanía. Presentación de libros, conferencias, exposiciones y más si se les dotara de mejores servicios y espacio.

Es evidente que a la derecha según qué cultura le sobra. Me siento distanciada, como muchas otras personas, de la caricatura cultural que practican. Ellos nunca hablan de la realidad, sino de mitos y leyendas. Cuando la oferta cultural no es de su interés, rápidamente la eliminan, suspenden o desprecian.

La cultura es la mejor manera de describir un país, una región, un pueblo. La cultura iguala a las personas, aumenta la riqueza del ser humano. Eso es en esencia lo que se desprecia, cuando no se invierte en cultura. Los libros, las bibliotecas que los albergan, son cultura.

Para terminar, quiero hacer una reflexión sobre la necesidad de tener en Tudela una biblioteca en mejores condiciones que la actual, sería importante dejar ese hermoso espacio para uno de los dos servicios que hoy comparten en el palacio Huarte. Archivo y biblioteca. Es necesario pensar en rehabilitar algún palacio de propiedad pública en el Casco Viejo y trasladar allí el servicio que los técnicos decidan con mejor criterio.