Somos una familia que en los últimos años hemos tenido que hacer uso del Servicio Navarro de Salud con bastante asiduidad. Operaciones, ingresos, especialistas, revisiones,... Pocas veces hemos tenido queja del trato recibido. Muchas, de la organización. Y aquí va el último ejemplo:

Nos llega cita para un especialista para el día 5 de abril. Al darnos cuenta que no podemos acudir llamamos inmediatamente para anular dicha cita. Nos dan otra para el 12 del mismo mes. El día 2 de abril nos llega por SMS un recordatorio de la cita del día 5. Volvemos a llamar explicando que esa cita debería estar ya borrada y que ya tenemos otra. Nos piden disculpas y dicen que la van a borrar.

Acudimos el día 12 y, sin todavía cerrar la puerta de la consulta, el médico comienza a reprendernos porque el día 5 nos estuvo esperando y no acudimos. Le explicamos todo lo anteriormente aquí citado. Nos dice que no es la primera vez que no le avisan, pero no nos pide disculpas por la regañina. Al final de la consulta nos dice que nos quiere ver dentro de 6 meses (sobre octubre) y que nos llegará carta de citación.

A los pocos días nos llega carta de citación. Para el 7 de junio a las 11.00 horas. No entendemos nada. Pero en el mismo sobre viene un informe médico donde subrayado en rosa fosforito aparece la frase “No acude a la cita programada. Se le citará en dos meses”. Le encontramos explicación: ese informe se hizo el día 5.

Pero la cosa no acaba ahí, no. Al día siguiente llega otra carta de citación. ¡Para el mismo día 7 de junio a las 11:30 horas! Ya nos da la risa. “Será que en media hora puede empeorar”, pensamos.

Todavía falta por llegar la citación para octubre. ¡O no! ¡Vaya usted a saber! Tres citas para un mismo paciente.

Responsables de Sanidad, ¿saben cómo se llama esto? Caos, el caos más absoluto.

Organización y buen hacer de cada uno de los profesionales (sanitarios y no sanitarios). Empezando por ahí, comenzaríamos a arreglar un poco este desaguisado.

Ahora nos toca llamar para arreglar este lío. A ver cómo acaba.