Alcaldesa: ¿Usted escucha? No lo parece… Le he escrito en diferentes ocasiones sin obtener respuesta y en esta no le pongo ni “estimada” (menos el “querida”), porque creo que no lo merece; pero tampoco el “señora”. Considero que usted no se está comportando como tal, aunque lleve las joyas que lleva. Tampoco se está comportando como la alcaldesa elegida por los ciudadanos pamploneses. En especial con los vecinos del Ensanche y con los que hacemos vida allí: porque todos tenemos un vínculo u otro con la plaza de la Cruz. ¿Usted no? Baje un poco a pasear por ella antes de que sea demasiado tarde.

A un alcalde se le pide que haga bien y profesionalmente su trabajo (usted sabe que hay muchas y gravísimas irregularidades en su actuación respecto al tema de esta plaza) y que lo mínimo que se le pide es que “escuche” y pare la tala. Sí, del verbo “escuchar”. Yo que soy profesora de música le digo que: primero está “oir” (sin prestar atención; luego “escuchar” (prestándola) y luego “entender” (comprender lo que significa, lo que conlleva).

Eso sería un comienzo: querer comprender lo que “supone” este maldito parking de la plaza de la Cruz. Ya se lo han dicho por activa y por pasiva, pero usted ni oye, ni escucha, ni quiere entender. Por encima de esto están sus intereses económicos y los de otros (disfrazados de arreglar el tráfico). Los coches en la ciudad, hoy en día lo dice Europa, lo dicen todas las cumbres y organismos del clima, lo dice hasta su web municipal..., deben estar solo para lo imprescindible y hay que promover otro modelo de ciudad si queremos sobrevivir al cambio climático, no lo dulcifiquemos: ahora se le llama “crimen climático” (último libro de David Lizoain, economista educado en Harvard y asesor en diferentes gobiernos). Esto es lo que supone esta tala y dos años de obra en el presente y el futuro de nuestra ciudad, de la ciudad que tanto le gusta “gobernar”. Permítame decirle que me da vergüenza tener una alcaldesa como usted.

Si se “dignara” a escuchar de verdad, a dialogar con la ciudadanía y con los que saben sobre el tema, como alcaldesa le correspondería “atender”. No hace falta explicar qué es es “atender” cuando estamos oyendo tanto sobre el “cuidado” en nuestra sociedad, tan necesitada de estos valores.

19

Concentración vecinal contra el parking de la Plaza de la Cruz Iban Aguinaga

Cuidar, atender a los vecinos, a los ancianos que como ayer, desde la silla de ruedas nos hicieron poesía con lo que sienten al ver sus árboles al despertarse por la mañana, los estudiantes que se verán perjudicados por no tener laboratorios, ni salón de actos, ni aulas específicas en condiciones cuando vayan al nuevo centro escolar al que se les ha asignado, los transeúntes, que no han hablado pero son personas y merecen un respeto. Quizá es lo que no le “gusta” de la plaza de la Cruz y por eso la va a reformar aprovechando el “ecocidio” del parking. Una alcaldesa como se debe, debería “querer saber” como querrían la plaza todos los pamploneses, no sólo los que tienen 32.000 euros en el bolsillo como calderilla.

Debería atender a Medio Ambiente, Institución Príncipe de Viana, Defensor del Pueblo, sus compañeros políticos y un largo etcétera. Debería atender a los comerciantes que no podrán ganarse la vida en sus comercios. Atender a los ciudadanos (14.502 firmantes ) que no vivimos allí pero pasamos a menudo para hacer recados, a estar un rato a la sombra en estos días de verano o a tomar el sol en los de invierno o en otoño, junto a los preciosos arces japoneses que se visten de colores maravillosos. En nuestra plaza, en nuestra casa.

Acabo y cito: “Hace falta cuidar los lugares comunes los hitos urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia, nuestra sensación de arraigo, nuestro sentimiento de “estar en casa” dentro de nuestra ciudad que nos contiene y nos une (151 “Laudato sí “. Papa Francisco).

No me quiero extender más, solo decir que por dentro y por fuera a todos nos hierve la sangre (¿ no lo “escucha” , alcaldesa? Es ya un clamor), a todos los que queremos evitar este crimen contra las personas y contra la naturaleza nos duele el alma. ¿No “escucha” nuestros gemidos de rabia y de dolor? He visto a más de uno llorar al ver y escuchar las máquinas perforadoras. Nos duele el corazón al pensar en lo que nos espera si usted no para esta aberración sin sentido, que solo favorece intereses económicos ocultos de unos pocos. Quizá escuchar el “paisaje sonoro” actual de la plaza y escuchar un poco de música le venga bien, alcaldesa, quizá tenga que aprender a “oir”, “escuchar” y “entender” para “atender”, y parar de una vez por todas la tala.

La autora es miembro del grupo “Laudato sí” y profesora de música del IES Plaza de la Cruz