Osasuna se da un festín en Almería (0-3)

Hay que poner en la balanza la actitud, el acierto y la contundencia de Osasuna en un partido peligroso, en el que el rival, el Almería, quería darle fuego a alguna reacción tras su primera victoria del curso, y a donde los rojillos llegaban tras el anuncio del cambio de ciclo tras el anuncio de la marcha del entrenador. Osasuna reivindicó el valor de la camiseta y le mandó un mensaje de respeto a Arrasate con un encuentro excelente, cómodo en el desarrollo e inapelable en el marcador. Después de dos derrotas consecutivas contra Girona y Real Madrid, dos equipos alejados del alcance de los rojillos, el retorno a la competición contra el Almería ahondó las distancias con otra zona de la clasificación, donde viven los angustiados.

Así te hemos narrado minuto a minuto la victoria

Osasuna firmó una victoria apacible y larga fuera de casa y de paso le ha metido alegría y pasión por las cábalas a lo que resta de curso. Es un lujo para el equipo navarro afrontar el tramo final del campeonato metido entre sueños, sin ninguna pesadilla.

Arrasate vivió en Almería uno de los encuentros más confortables como entrenador. No hay inicio de un partido más feliz que con dos goles en diez minutos. Como para firmar en cualquier sitio. Osasuna sintió esa delicia frente al Almería, que en un rato estaba con una renta buena, amplia para andar fuera de casa. Arnaiz soltó un buen derechazo en la primera aparición de los rojillos por el área del conjunto andaluz para cobrar un gol para Ossasuna, y no se habían cumplido los diez minutos cuando Budimir se aprovechó del desenlace provocado por Moncayola tras una horrenda cesión de un defensa al portero local –el balón salvado por Maximiamo quizás estaba fuera, en córner– para anotar el segundo tanto. El decimosexto gol del croata, su posición de honor entre los máximos goleadores de la Liga, es otro de los estímulos para sostener hasta el final del torneo.

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No había pasado nada, como prácticamente tampoco iba a pasar en lo que venía de primera mitad, para que Osasuna viviera un partido cómodo. Con un control de la situación sin apuros, los rojillos estuvieron al mando de las operaciones, con más apariciones en el área del Almería que preocupación por alejar el peligro de la propia. Quizás sea la calidad y el acierto la diferencia entre un equipo y otro, pero es que Osasuna se mostró inaccesible para el conjunto de Pepe Mel. Arrasate también debe sentirse reconfortado por el compromiso de sus pupilos, incluso en un encuentro en el que es también fácil dejarse llevar o, por lo menos, ver venir.

Sergio Herrera no tembló tras el regreso de los vestuarios cuando Ramazani llegó suelto para probarle en un disparo raso. Fueron unos instantes de reacción no completa del Almería que enfrió Osasuna con el gol de Iked Muñoz. El tercero, inapelable, para zanjar todavía más el partido.

El equipo rojillo, con los cambios, demostró además que es un grupo activado y animado, con los jugadores en forma, dispuesto a dar guerra. El desarrollo del encuentro certificó que el abismo de puntos entre unos y otros responde a la distancia futbolística y de ánimo entre los dos conjuntos.

Está claro que todo no está dicho. Osasuna se apunta a finales. No está mal.