Había ganas. Muchas. Tantas que la plaza del Ayuntamiento, que aguardaba ansiosa volver a llenarse -por fin- después de tanto tiempo, ha rebosado este miércoles por la tarde de gente y de alegría para dar la bienvenida a las fiestas de Barañáin con uno de los primeros chupinazos de la comarca. Y es que, después de dos años de parón, parece que el tiempo no se ha detenido nunca: han vuelto los katxis, las txarangas, las comparsas, los kilikis y los cabezudos. Las familias, los txikis a hombros, los petardos y las manchas en la ropa blanca y roja. Los pañuelicos al cuello. Y las canciones, la música y la celebración en un pistoletazo de salida que no ha defraudado a nadie. Incluso la lluvia, que no habría venido mal para apagar tantos fuegos, no ha hecho acto de presencia y el sol ha salido por momentos nada más estallar el cohete.

La plaza, a rebosar después del chupinazo. IÑAKI PORTO

Ha corrido a cargo del equipo de fútbol masculino de Lagunak, recién ascendido a tercera división, que ha prendido una mecha multitudinaria al grito de “Beriniainenses, beriniainensas, barañaindarras...¡Viva las fiestas de Barañáin!” con el que han conseguido caldear los ánimos hasta hacer votar, coreando, a toda la plaza. “Estamos muy contentos. Es un momento increíble, único. Tirar el chupinazo de las fiestas de tu pueblo es algo que sólo te puede pasar una vez en tu vida -ha reconocido Álvaro García de Vicuña-. Saldremos de aquí y a disfrutarlo”. Han prendido la mecha los capitanes, Juan Graz, Mikel Rekalde y Diego Díaz, junto al presidente del club y la alcaldesa, María Lecumberri (Navarra Suma). Asomados al balcón de la Casa Consistorial, han llegado con la fiesta a cuestas.

Ambiente en el chupinazo de Barañáin. Iñaki Porto

Abajo, en la plaza, ambiente familiar y festivo con la música de las txarangas Igandea y Mutil Gaztea, el grupo de txistularis y trikitilaris y Barabatu batukada, que han puesto la nota musical a la jornada en un marco inigualable con los gigantes de Barañáin, toricos con ruedas y kilikis y decenas de vecinos y visitantes que no se han querido perder la cita. Una pancarta que demanda "un 0-3 digno", algún que otro perro despistado con tanto cohete y los puestos de rigor han completado la estampa con dianas, el baile de la Era y el Akelamendi de manos de Sustraiak y los gaiteros de Barañáin y Ezpelur.

“Ha sido increíble, estamos felices”, han señalado Ainhoa Maileano, Iraty y Aitana Ruiz, de diez y once años, en plena plaza. Se iban después del chupinazo directas a las barracas, “es lo que más nos gusta. El día de hoy y las ferias”. Maite Navarro, Helena Unanua y Natalia Senosiáin han reconocido que les encanta “el espíritu de la gente, poder volver a disfrutar de las fiestas. Después de dos años las echábamos de menos”.

Batukada en el chupinazo de Barañáin. Iñaki Porto

Y es que, tal y como han reconocido Garoa Oroz López e Itsaso Irurtzun Santamaría, también vecinas de Barañáin, “nos han robado dos años, ya tocaba volver a retomar. Teníamos ganas”. Este miércoles se han cogido fiesta en el trabajo: “Hoy y el viernes son los mejores días”, han dicho, y asumen que son buenas fechas para calentar motores de cara a San Fermín. “Lo que no nos hace ninguna ilusión son las vaquillas, porque votamos que no, pero la alcaldesa no nos ha hecho ni caso. Nos parece fatal”, han denunciado. “No nos hace ninguna gracia, las estamos pagando con nuestros impuestos”, han valorado. Eso sí, este año no han podido apuntarse a la comida pero aseguran que el del chupinazo “es un día especial, porque es más para la gente de aquí”. Sólo queda disfrutarlo.