Abrazos, gritos y carcajadas. Algo se barruntaba en el Mercado del II Ensanche. Los comerciantes de los 48 puestos se agolpaban en las escaleras de la entrada para sacarse una instantánea histórica. “¿Qué, será para este año o para el siguiente?”, bromeaban. Sí, para este año, el 75 aniversario del Mercado del II Ensanche.

Y qué mejor celebración que una fotografía en la que aparecen las almas del mercado. Los comerciantes que proporcionan alimentos de cercanía y calidad, los que conocen el nombre de sus clientes, los que se preocupan por la vida de sus vecino o las que saben perfectamente qué desea cada persona cuando compra ¡Felicidades!

Frutas Hermanas Beroiz

Mari Mar, Rakel y Almudena continúan el legado familiar

“Es muy bonito trabajar con tus dos hermanas para que el negocio familiar siga vivo. Te enorgullece continuar con el legado que comenzaron tus padres hace 51 años”, comenta Mari Mar Beroiz, que lleva las riendas de la frutería familiar junto con sus hermanas Almudena y Rakel.

El origen de Frutas Hermanas Beroiz Goñi se remonta a 1973. Agustín Beroiz, hortelano “pionero de la agricultura ecológica en Navarra”, tenía una huerta en Aranzadi y decidió vender las hortalizas en el II Ensanche: tomate, lechuga, acelga, judía verde, borraja... “Hemos pasado la infancia en la huerta y en el puesto. En Navidad, Semana Santa y verano ayudábamos a nuestros padres. Lo hemos mamado desde pequeñas”, recuerda Mari Mar.

Las tres hermanas se implicaron cada vez más y en la adolescencia compaginaron los estudios con el trabajo en la huerta y en el mercado. “Había que echar una mano porque era la única fuente de ingresos que había en casa”, comenta.

La madre de Mari Mar, Almudena y Rakel falleció en 1995 y las tres hermanas cogieron las riendas del negocio porque “no queríamos que se perdiera el legado familiar”, aseguran.

Las hermanas llevan casi tres décadas al frente y explican que el secreto para sobrevivir a las grandes superficies reside en que “damos confianza a los clientes porque conocemos muy bien el producto fresco y de calidad que vendemos. Es nuestra baza”, señalan.

Hasta 2013, el producto venía directamente de la huerta de Aranzadi, pero les expropiaron los terrenos cuando se construyó el parque. “Ya no somos hortelanas, pero nuestras hortalizas proceden de La Magdalena, Leitza, Etxauri, Zona Media y la Ribera”, concretan.

Otra de las claves del éxito es la atención personalizada. En Frutas Hermanas Beroiz Goñi la relación con el cliente no se limita a un simple intercambio de fruta y verdura por dinero.

“Recorremos un camino juntos. Nos preocupamos por ellos y lo agradecen porque se sienten cuidados y escuchados. Casi somos familia porque nos conocemos desde hace muchos años”, afirma.

Como consecuencia, han fidelizado a pamploneses que consumen su fruta y verdura desde 1973. “Les acompañan sus hijos o nietos. Les hemos visto en las tripas de sus madres y ahora vienen a comprar”, indican.

Huevería Yolanda

Diez días al frente del puesto que nació gracias al trueque

En la década de los 60, el abuelo de Yolanda Medina llevaba a los pueblos de la Comarca de Pamplona alimentos que amontonaba en un carro tirado por burros.

En esa época, aún estaba de moda el trueque, así que la gente pagaba al abuelo de Yolanda con huevos que revendía en Pamplona.

“Con ese dinerico, mi abuela Julia alquiló un puesto en el mercado y en 1962 inauguró la huevería”, relata Yolanda.

Hace dos años, Yolanda comenzó a ayudar en la huevería y este 1 de marzo se convirtió en propietaria. “Mi tía Raquel se jubiló. Yo había regentado una tienda de fotografía y tenía experiencia en el mundo del pequeño comercio, así que me lancé a la piscina porque no quería que desapareciera el negocio familiar. La abuela estaría orgullosa”, confiesa.

Yolanda, tercera generación, reconoce que esta primera semana al frente le ha dado “un poco de cosilla”, aunque le tranquiliza que la huevería sea “un negocio rodado con 62 años de historia, no empiezo de cero”.

Además, se ha traído a su hermana Pili para aplacar los nervios iniciales. “Le convencí muy fácil porque le gusta estar de cara al público y atender a la clientela”, comenta.

“Me lo propuso y acepté encantada porque justo había terminado en otro trabajo”, corrobora Pili. Las dos hermanas ofrecen a la clientela huevos –frescos, ecológicos y de cría libre–, precocinados –ajoarriero, pimientos rellenos o paella– y una amplia variedad de fritos.

Pescadería Elvira

La tudelana que estaba presdestinada a ser pescatera

“La pescadería me sirve de terapia porque cuento mis problemillas a los clientes de confianza. El mercado es mi vida, mi segunda casa, aquí me siento en familia”, confiesa Elvira Clemos, trabajadora en el Mercado del II Ensanche desde 1998 y propietaria de la Pescadería Elvira desde hace siete años. “Soy piscis. Estaba predestinada”, bromea. 

Cuando terminó los estudios, Elvira se adentró “tontamente” en el sector y comenzó a trabajar en un almacén de Tudela al que llegaba pescado de importación. “Quería ganarme unas pelillas en verano”, recuerda. Su futuro “estaba escrito” porque esas mismas navidades la empresa le contrató y sin querer estaba en una pescadería”, relata. 

A continuación, Elvira trabajó en un supermercado de Tudela, se mudó a Pamplona en 1998 y empezó en una pescadería del mercado. “Aquí me quedé”, comenta. Elvira, tras 19 años en la retaguardia, decidió dar el salto y se cumplió la premonición: “Me monté mi pescadería porque quería intentarlo yo sola”, reconoce. 

Oliva Norte

Encurtidos y conservas de caviar, angulas o navajas

A Juan Barbería le encanta visitar mercados. Entre mercado y mercado, se percató de que en el II Ensanche había un nicho que no estaba cubierto: el de los encurtidos. “Aposté por mi ciudad y estoy encantado. Es súper gratificante vender a tus vecinos. Es una experiencia increíble”, insiste Juan, que en las navidades de 2018 inauguró Oliva Norte.

En estos cinco años, Oliva Norte se ha ganado el paladar de los pamploneses con sus encurtidos –aceitunas, pepinillos, cebolletas, guindillas y pimientos– y conservas “gourmet, de alta calidad y exclusivas”: angulas, caviar de erizo, anchoas, bonito, pulpo, percebes, cangrejos, vieras, navajas... “A la gente le fascina. No puedo pedir más”, confiesa.

La base del éxito también reside en la atención personalizada al cliente. “La relación es muy íntima y cercana. Nos llamamos por nuestro nombre. También nos contamos el día a día y los problemas. Ejercemos de psicólogos en ambos sentidos”, asegura.

Quesería de Guillermo

Una pareja que estudió derecho y diseño gráfico

En 2019, Ana Chamarro regresó de Guatemala, aparcó el mundo del derecho y cogió las riendas de la Quesería de Guillermo, que fundó su abuelo en la década de los 60.

Hace seis meses, su marido, Miguel Ángel Rustrián, graduado en diseño gráfico, dejó su empleo de programador y también atiende a los clientes detrás del mostrador.

Me animé porque todas las comidas familiares terminan con una tertulia gastronómica sobre quesos”, bromea.

Ana y Miguel Ángel apuestan por el producto de la tierra y ofrecen quesos artesanos elaborados por pastores de Beruete, Urbasa, Huici, Baztan, Irati y Roncal.

Vendemos tradición porque las queserías son familiares y tienen una historia detrás. Son pequeños productores con los que estableces una relación de amistad muy cercana y bonita”, expresan.

Ana también tiene un máster en comercio internacional que le permite moverse como pez en el agua en el mundo de las exportaciones y contar con una vitrina repleta de quesos de Italia, Suiza, Alemania, Francia, Holanda...

“Se debe apostar por la tradición y la innovación”, defienden. El matrimonio se toma al pie de la letra su consejo y le gusta sorprender a sus clientes con “productos muy raros” que no se suelen encontrar en los grandes supermercados como queso con chocolate, especias, jengibre o pimienta y limón. “Nos arriesgamos muchísimo”, confiesan. 

Floristería Torrens

Flores y plantas naturales desde 1952

En el mercado no solo se encuentran productos de alimentación. Desde 1952, Torrens vende flores naturales y plantas para clientes particulares y empresas que se encargan de decorar eventos.

Somos la tercera generación. Empezó mi amatxi –Felisa Torrens–, continuó mi madre –Mari Carmen Del Río– y ahora estoy yo”, explica Ana Morrás, que lleva 15 años al frente de la Floristería Torrens, aunque desde siempre ha estado vinculada al negocio familiar.

“Si había trabajo, había trabajo. Había que venir a ayudar, como se hacía antiguamente. Desde jóvenes nos ha tocado echar una mano”, recuerda. 

Torres sobresale por disponer siempre flores de temporada –ahora es época de los tulipanes, astromelias o plantas de primavera y de calle como los geranios– y una amplia variedad de género que vende durante todo el año. “Supone un gran esfuerzo de contacto con proveedores. Además, todas las plantas y flores se manipulan a mano”, apunta. 

Torrens también cuenta con otras dos tiendas –las regentan los dos hermanos de Ana y están ubicadas en la calle Irunlarrea y avenida Bayona–, pero la floristería que más le gusta es la del II Ensanche, donde se fundó el negocio hace 72 años. “El mercado tiene un encanto especial. Es un sitio entrañable y cálido al que a la gente viene a comprar o simplemente a estar”, finaliza.

Al detalle

Orígenes. El Mercado del II Ensanche se inauguró el 4 de julio de 1948, pero los primeros comerciantes no se instalaron hasta 1949.

Planta octogonal. El mercado tiene una planta octogonal. Las carnicerías y pescaderías se sitúan en el anillo exterior, las frutas, verduras vinoteca y encurtidos en la zona media; y las queserías, huevos y precocinados se ubican en la parte central.

Reloj y fuente. En el centro del mercado hay un reloj y una fuente, donde se limpiaban antiguamente el pescado, la fruta y las verduras.

Actos. Del 27 de mayo al 1 de junio, habrá música, catas de vino y degustación de jamón ibérico y se sortearán 10 carros de la compra de 75 euros, 100 vales de 10 euros y cinco menús fin de semana para dos personas en el restaurante Merca’o. 

Taquillas inteligentes. Para los clientes que no pueden comprar en el horario comercial, el mercado tiene unas taquillas inteligentes donde se dejan los pedidos solicitados por WhatsApp.