“Es muy bonito trabajar con tus dos hermanas para que el negocio familiar siga vivo. Te enorgullece continuar con el legado que comenzaron tus padres hace 51 años”, comenta Mari Mar Beroiz, que lleva las riendas de la frutería familiar junto con sus hermanas Almudena y Rakel.

El origen de Frutas Hermanas Beroiz Goñi se remonta a 1973. Agustín Beroiz, hortelano “pionero de la agricultura ecológica en Navarra”, tenía una huerta en Aranzadi y decidió vender las hortalizas en el II Ensanche: tomate, lechuga, acelga, judía verde, borraja... “Hemos pasado la infancia en la huerta y en el puesto. En Navidad, Semana Santa y verano ayudábamos a nuestros padres. Lo hemos mamado desde pequeñas”, recuerda Mari Mar.

Las tres hermanas se implicaron cada vez más y en la adolescencia compaginaron los estudios con el trabajo en la huerta y en el mercado. “Había que echar una mano porque era la única fuente de ingresos que había en casa”, comenta.

La madre de Mari Mar, Almudena y Rakel falleció en 1995 y las tres hermanas cogieron las riendas del negocio porque “no queríamos que se perdiera el legado familiar”, aseguran.

Las hermanas llevan casi tres décadas al frente y explican que el secreto para sobrevivir a las grandes superficies reside en que “damos confianza a los clientes porque conocemos muy bien el producto fresco y de calidad que vendemos. Es nuestra baza”, señalan.

Hasta 2013, el producto venía directamente de la huerta de Aranzadi, pero les expropiaron los terrenos cuando se construyó el parque. “Ya no somos hortelanas, pero nuestras hortalizas proceden de La Magdalena, Leitza, Etxauri, Zona Media y la Ribera”, concretan.

Otra de las claves del éxito es la atención personalizada. En Frutas Hermanas Beroiz Goñi la relación con el cliente no se limita a un simple intercambio de fruta y verdura por dinero.

“Recorremos un camino juntos. Nos preocupamos por ellos y lo agradecen porque se sienten cuidados y escuchados. Casi somos familia porque nos conocemos desde hace muchos años”, afirma.

Como consecuencia, han fidelizado a pamploneses que consumen su fruta y verdura desde 1973. “Les acompañan sus hijos o nietos. Les hemos visto en las tripas de sus madres y ahora vienen a comprar”, indican.