Joseba Ezkurdia, como tantos otros manistas profesionales, se conoce el frontón Labrit como la palma de su mano. Pero el vetusto recinto pamplonés no es un coto privado para gente como el delantero de Arbizu, que participó en un encuentro de pelota adaptada para personas con discapacidad física o intelectual organizado por la Federación Navarra de Pelota Vasca (FNPV).

El acto se enmarca dentro del plan estratégico de la junta directiva de la FNPV, que ya el año pasado, gracias a las ayudas concedidas por el Gobierno de Navarra a través del Plan Impulso, pudo poner en marcha este proyecto con una exhibición de pelota adaptada en el frontón Labrit de Pamplona, donde ayer llegó la segunda fase de esta iniciativa con la organización de una jornada para acercar esta modalidad a personas con una discapacidad física o intelectual, pero también a sus familiares y a técnicos y monitores de los clubes navarros.

Al Labrit acudieron ayer una decena de chavales, casi todos menores de edad acompañados por sus familias, procedentes de Arano, Etxarri Aranatz, Villava y Pamplona, que se atrevieron a probar con la paleta goma, que es la modalidad a la que juegan las personas con alguna de las discapacidades antes mencionadas.

Aunque organizada por la FNPV, la sesión estuvo dirigida por la Federación Guipuzcoana de Deporte Adaptada, con más de una década de experiencia en este campo. Tres pelotaris con discapacidad intelectual y otros tres en silla de ruedas protagonizaron una exhibición sobre la cancha, pero también realizaron varios ejercicios con los chavales y sus familiares, así como con técnicos y monitores, para explicar cómo golpear la pelota en una modalidad que tiene un reglamento específico, una pelota especial y palas menos pesadas.

Tanto Joseba Ezkurdia como el presidente de la FNPV, Javier Conde, participaron en la sesión e incluso se atrevieron a pelotear sentados en una silla de ruedas, compartiendo además espacio y confidencias con los chavales que se acercaron al Labrit. El siguiente paso de la FNPV es analizar la demanda que hay en Navarra para tratar de estructurar un enclave para poder jugar y organizar torneos.