La Hacienda Foral elevará a partir de 1 de enero el mínimo a partir del cual es obligatorio realizar la declaración de la renta desde los 12.600 euros actuales hasta los 14.500 euros. Eso supondrá que quienes cobran menos de esa cantidad no deberán pagar el Impuesto de la Renta (IRPF). La media beneficia a cerca de 20.000 contribuyentes con sueldo medio mensual del 1.000 euros, entre ellos muchos pensionistas y empleados con el salario mínimo profesional, que desde este año está fijado en mil euros por 14 pagas.

La propuesta ha sido una petición de Podemos en el marco de la negociación presupuestaria con su socios de coalición, PSN y Geroa Bai. Queda pendiente del aval del Parlamento, pero cuenta ya con mayoría amplia para su aprobación, por lo que saldrá adelante sin mayores dificultades. Podemos ha reclamado además a la consejera de Hacienda, Elma Saiz, que detalle este próximo jueves en el Parlamento el alcance de la medida, tanto en lo que se refiere a los contribuyentes que se verán implicados como en cuanto a su impacto económico.

Queda pendiente todavía su concreción técnica, algo que tampoco será sencillo. El compromiso alcanzado entre los socios del Gobierno implica que el tratamiento fiscal de los mileuristas será neutro, es decir, que no se les tendrá que hacer retención en la nómina. De esta forma, aquellos con un salario de 14.500 euros, repartido en 12 o 14 pagas, no verán descontado parte de su salario mensual. Queda por ver cómo se aplica esto a contratos temporales o a quienes tienen pluriempleo.

Entre tanto, sigue pendiente de concretar también el resto de la reforma fiscal. Y en la que se incluye la deducción extraordinaria del 3% en el IRPF a rentas de menos de 32.000 euros. La iniciativa tiene un coste presupuestario muy alto, por lo que se buscan fórmulas para hacerla progresiva y menos costosa.

Parece en cualquier caso que esta última propuesta, cuyos términos generales ya fueron acordados en mayo en el marco de las medidas urgentes contra los efectos de la guerra en Ucrania, llevará un camino legislativo distinto al del resto de medidas. Previsiblemente será presentada de forma conjunta por los cinco grupos que sostienen al Ejecutivo foral (PSN, Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e I-E) al margen de la reforma tributarias en la que trabaja la Hacienda Foral, y que irá como propuesta del Gobierno.

Sin acuerdo

El motivo es que la deducción del 3% será extraordinaria y retroactiva –solo será efectiva en el ejercicio de 2022, a devolver en la renta de la próxima primavera–. Pero servirá también para separar votaciones en las que ahora mismo hay todavía diferencias importantes entre los socios de Gobierno.

De hecho, EH Bildu admitió ayer que aunque inicialmente la negociación presupuestaria y fiscal “es solo una”, el resultado puede no ser el mismo para dos leyes que formalmente son diferentes. “Estamos avanzando en los Presupuestos en acuerdos. En cuanto a fiscalidad hay desacuerdo, fundamentalmente en el Impuesto de Sociedades. Ya veremos si al final tenemos acuerdos parciales, globales o desacuerdos parciales o totales”, explicó su portavoz, Adolfo Araiz.

No sería la primera vez en la legislatura que el Gobierno saca adelante los presupuestos con EH Bildu y la reforma fiscal con Navarra Suma, sobre todo si esta última acaba planteado rebajas tributarias en el IRPF o en Sociedades, tal y como viene defendiendo la derecha, aunque en parámetros mucho menores.

En cualquier caso, la negociación sigue abierta y en el seno del Gobierno el optimismo es más que evidente. “Hay margen para llegar a acuerdos, limar las posibles diferencias y permitir la aprobación de la propuesta fiscal, que es progresista, progresiva y que ayuda a quien más lo necesita”, confío ayer el portavoz del PSN. Ramón Alzórriz aseguró que “se está trabajando intensamente” y se mostró “convencido” de que las negociaciones “irán para adelante”. “Esperemos que antes del 4 de noviembre –fecha en la que los Presupuestos llegan al Parlamento– haya un acuerdo”, defendió.