Los beneficios fiscales de las empresas crecerán cerca del 25% en 2023. De los 105 millones que el Gobierno de Navarra dejó de recaudar el pasado año por este concepto se pasará a los 131 millones previstos para 2023. La mejora de la situación económica, que hará aumentar la recaudación, así como algunas medidas aprobadas a raíz de la guerra en Ucrania hacen que se incremente también el desembolso tributario de la Hacienda Foral. O, más bien, vea mermada su capacidad recaudatoria.

Los beneficios fiscales son la cantidad económica que el Gobierno deja de recaudar por los distintos incentivos fiscales orientados al logro de determinados objetivos de política económica y social. En el caso del Impuesto de Sociedades, estos van dirigidos por ejemplo al fomento de la inversión, la apuesta por la I+D+i o, hasta el pasado año, la creación de empleo.

Los incentivos fiscales a las empresas crecen así en 25 millones, fundamentalmente en el capítulo de deducción por inversiones, en los tipos especiales, y en la deducción por I+D+i. Algo motivado, señala Hacienda, por un aumento de las bases imponibles como consencuencia de la mejora de la coyuntura económica. En el próximo ejercicio también entrará en vigor la supresión de la deducción por creación de empleo aprobada el pasado año por su escasa utilidad, según el comité de expertos. Supondrán un ahorro tributario para el Gobierno de casi cuatro millones al año.

UN 0.5% MÁS

Los incentivos en el Impuesto de Sociedades suponen en cualquier caso apenas el 10% del conjunto de los beneficios fiscales recogidos en el sistema tributario de Navarra. Lejos de los cerca de 800 millones que se dejan de recaudar por las exenciones y los tipos reducidos del IVA, o de los 438 millones que suponen las ayudas fiscales recogidas en el IRPF. En total, el conjunto de los incentivos se mantiene estable respecto a este año y alcanza los 1.484 millones en 2023. Un incremento de apenas el 0,5%, lo que supone 7,4 millones más de recaudación.

Por impuestos, el mayor peso corresponde al IVA, que representa un 53,76% del total del los beneficios fiscales, seguido por el IRPF que supone un 29,55% del total. Respecto a este año, los tres impuestos que presentan mayor variación son los Impuestos Especiales (variación negativa), y el Impuesto sobre Sociedades y el IVA, que presentan una variación positiva con un peso significativo, aunque inferior a la variación de los Impuestos Especiales.

No obstante, en la memoria de presupuestos Hacienda matiza que la comparación entre ejercicios hay que realizarla con “prudencia”, ya que los cambios vienen motivados por diversos factores, desde los cambios normativos o metodológicos, a la coyuntura económica o a la disponibilidad de información fiscal.

ESTABILIDAD EN EL IRPF

En lo que se refiere al IRPF, las ayudas fiscales también ofrecen cierta estabilidad con una variación relativa del 0,83%. La principal sigue siendo la deducción por trabajo, que supone 246 millones de apoyo para las familias. La cifra no obstante se reduce ligeramente respecto a este año en casi cinco millones (-1,98%).

Hacienda explica que esta reducción se debe por un lado al incremento retributivo de algunos contribuyentes, lo que hace que al ser una deducción decreciente (es mayor para las rentas más bajas) su impacto presupuestario sea menor. También es consecuencia algunas medidas con efecto fiscal en el año que viene, como la deflactación de la tarifa o la subida de las deducciones personales y familiares aprobadas el pasado año, lo que condiciona los beneficios fiscales.

Para el año que viene se prevé por otro lado un aumento de las deducciones por inversión en vehículos eléctricos o híbridos enchufables y un descenso de las deducciones por pensiones de viudedad y jubilación. En este último caso, sobre todo por la sobreestimación realizada el pasado año en este capítulo.

La exenciones y los tipos reducidos del IVA suponen 800 millones al año

Más de la mitad de los incentivos fiscales se aplican sobre los impuestos indirectos y el consumo. Son 875 millones al año de menor recaudación, en su mayoría por las exenciones y los tipos reducidos aplicados en el IVA, que el próximo año tendrá un coste tributario para las arcas de la Administración Foral de 797 millones. Supone un 2,5% más que lo previsto para 2022.

Por otro lado, el importe de los beneficios por los Impuestos Especiales, en los que se incluyen el alcohol, el transporte, la electricidad y los hidrocarburos, se cifra para el próximo año en 56,6 millones. Son 41 millones menos de los previstos para este año, lo que supone una caída del 42%.

Esta disminución, señala el Departamento de Hacienda, se debe principalmente a que la metodología utilizada para estos beneficios fiscales se basa en los cálculos realizados para 2022 que finalmente no se han cumplido. Para este ejercicio por ejemplo se incluía el efecto de la subida de los tipos de gravamen aplicables a los gasóleos que finalmente, en el contexto de la guerra en Ucrania, no se han llegado a aprobar.

Por otro lado, aumentan un 12% los beneficios fiscales aplicados en el Impuesto del Patrimonio, que supondrá el próximo año 28,5 millones, un incremento de 3,1 millones. Este aumento está motivado por la recuperación observada en este impuesto para el año 2021 respecto al año 2020, que hace suponer que se mantendrá al alza en el ejercicio de 2022, y que se ajustará en la declaración de la renta de 2023.