Laura Aznal (Ezkabarte, 1971) se muestra muy satisfecha tras su primera test como cabeza de lista en Navarra, donde el 28-M Euskal Herria Bildu obtuvo 2 escaños más que en 2019, pasando de 7 a 9. Aznal habla despacio, pronunciando con ahínco cada palabra y remarcando sus mensajes. Dice que echa en falta “autocrítica” por parte de los tres grupos que conforman el Gobierno de Navarra tras perder un total de 30.000 votos y EH Bildu ganar 5.000, y que tiene la “sensación de que se ha “entrado en una guerra de sillones, que la ciudadanía no entiende “con la que está cayendo”. De cara al 23-J se muestra clara: “Todo lo que sea aunar para recabar mayorías progresistas alternativas a las derechas, bienvenido sea”. En esa línea destaca también la alianza “estratégica” de EH Bildu con ERC para el Senado. 

EH Bildu fue la única marca del antiguo arco parlamentario que creció en espacio. ¿Por qué? 

–A pesar de que el índice de participación bajó casi en 5 puntos, Euskal Herria Bildu es más fuerte, nos hemos convertido en la tercera fuerza del Parlamento, y a nivel municipal también hemos ido a más. Esto es fruto del trabajo que llevamos realizando en los últimos años. La gente ha sabido ver que cuando se ha acordado con EH Bildu, cuando hemos sido determinantes y ha dependido de nosotras, las personas han ganado, hemos avanzado en derechos. Eso se ha valorado, y también creo que se ha visto que hacemos lo que decimos y somos de fiar, y eso nos ha hecho ir a más, y creo que así vamos a seguir además.

Desde el punto de vista personal, será una satisfacción muy grande. 

–Sí, ahora me toca ser a mí la cara de un proyecto que está muy arraigado en Navarra. EH Bildu es una comunidad con una base militante crítica y trabajadora. Esto es un éxito colectivo. Estoy muy contenta, claro que sí, porque el proyecto va a más, que es de lo que se trata. 

La complejidad del momento es mayor con las Generales en ciernes.

–Estamos muy tranquilas, no tenemos ninguna ansiedad, porque estamos muy bien posicionadas y hemos salido muy fortalecidas estas últimas elecciones. Las elecciones del Estado del 23-J son un reto más, una segunda vuelta de las de mayo, oportunidad de seguir siendo la voz de esa Navarra de izquierdas, feminista, euskaltzale o ecologista. Creemos que somos la garantía de que esa Navarra se vea reflejada en Madrid, y lo hemos demostrado con amplios acuerdos alcanzados allí, y también en la defensa de nuestro autogobierno, cuando conseguimos que se materializara la competencia de tráfico, o con las políticas de pensiones o de vivienda. 

“Nuestro proyecto está muy arraigado en Navarra, estoy muy contenta tras el 28-M, porque el proyecto va más, que es de lo que se trata”

Insiste en que Chivite va a tener que hablar con EHBildu. ¿Exactamente de qué para formar Gobierno?

–Nuestra hoja de ruta es clara, conformar mayorías alternativas a las políticas de las derechas, y también dejar de lado definitivamente los complejos de algunos y consolidar esas mayorías de forma definitiva en Navarra. Que tendrán que hablar es una evidencia. No tiene ningún sentido no hacerlo. Estos últimos 4 años hemos hablado mucho, hemos pactado 4 Presupuestos de forma consecutiva, y alcanzado importantes acuerdos en favor de la ciudadanía navarra. Está fuera de lugar obviar que somos la tercera fuerza en el Parlamento. Si antes éramos decisivos, ahora lo somos más. En 2019 facilitamos el Gobierno de María Chivite con 5 abstenciones.

Y dos votos en contra.

–Exacto, hoy día serían necesarias 9 abstenciones, y eso explica gráficamente por qué somos más determinantes ahora. No tiene sentido hacer como si esto no ocurriera. 

Entonces, ¿de qué hay que hablar para conseguir esas 9 abstenciones?

–De contenidos, de políticas para avanzar en derechos, en materia también de autogobierno y todas las prioridades que hemos descrito en numerosas ocasiones. Hay que dar respuesta a las necesidades de las personas, ese es nuestro principal objetivo, y no vamos a entrar en guerra de cotas de poder o de asientos. 

¿La abstención va a venderse más cara? 

–No hablamos nunca en esos términos, sino de profundizar en contenidos, que es lo que tenemos que hacer.

¿El acuerdo programático del 19 sería hoy suficiente?

–Se trata de avanzar en derechos. En la legislatura pasada faltó ambición en cantidad de cuestiones, como fiscalidad o autogobierno. Quiero poner en valor las aportaciones que hicimos al negociar los Presupuestos. Enriquecimos las cuentas de Navarra, en aportaciones importantísimas en sanidad o derechos sociales. Creo que todo el mundo de la mayoría progresista reconoce que nuestra contribución ha sido muy positiva.

“Que tendrán que hablar con EH Bildu es una evidencia, no tiene ningún sentido no hacerlo. Estos últimos 4 años hemos hablado mucho”

¿Qué contactos han tenido hasta ahora con Chivite o Alzórriz?

–Tuvimos una reunión pública, una primera toma de contacto, y no hemos hablado más, esa es la realidad. Tendríamos que conocer el contenido de lo que se está hablando. Somos determinantes. De aquí va a salir un Gobierno de 21, eso no es una mayoría. Más allá de una investidura, son 4 años de mucho trabajo por hacer. Los grupos que han sustentado el Gobierno son perfectamente conscientes de su minoría. Por eso tarde o temprano tendrá que llegar el momento en que hablemos.

¿Comprende que el PSN ponga cierta distancia en vista del contexto de las Generales para el PSOE? ¿Qué le transmitió el PSN?

–Eso tendría que contestarlo el PSN, pero en vez de mirar a Madrid, ahora más que nunca adquiere especial relevancia el poder conformar en Navarra mayorías progresistas alternativas a las políticas de las derechas. El resultado del 23-J a nivel estatal no tendría por qué influir en lo que ocurra aquí, porque la ciudadanía nos ha dado un mandato muy claro, que nos pongamos de acuerdo para conformar mayorías progresistas alternativas a la derecha, porque posibilidades las hay. Tenemos que actuar con responsabilidad y ponernos a trabajar sin más demora para dar cumplimiento a esta petición de la mayoría progresista en Navarra. 

La alcaldía de Pamplona ha terminado en manos de Ibarrola.

–Me pareció triste que Pamplona vuelva a estar condenada 4 años a que le gobierne la derecha, con las consecuencias que hemos visto. El PSN no ha estado por la labor de facilitar esa mayoría progresista, cometió un error en 2019 y creo que ha vuelto a cometerlo, y se ha perdido una oportunidad preciosa de recuperar el Ayuntamiento de Iruña y volver a hacer las cosas de otra manera, como demostramos en su día. Prefiero quedarme con lo positivo, que tenemos 39 ayuntamientos en Navarra, somos la primera fuerza municipalista. Y si no son más es porque el PSN no ha querido. 

Se les dice que tienen un recorrido ético por hacer. 

–Si alguien ha dado pasos reales en favor de una convivencia democrática sin lugar a dudas ha sido Euskal Herria Bildu. Pasos que seguimos dando. Llevamos muchos años trabajando por la verdad, la justicia y la reparación de todas las víctimas. Creo que es evidente nuestro compromiso, incuestionable, y así lo vamos a seguir siendo. 

“Un Gobierno de Navarra de 21 no es una mayoría, los grupos que han sustentado el Ejecutivo son perfectamente conscientes de su minoría”

¿El PSOE fue penalizado el 28-M en las urnas por haberse acercado a EH Bildu o a ERC? 

–Ellos tendrán que hacer sus propias lecturas.

Ya las hacen y parece que se quieren quitar la presión de la derecha.

–Uno de nuestros principales retos a nivel estatal es que se sigan manteniendo mayorías progresistas alternativas a los gobiernos de las derechas. Ya estamos viendo lo que viene –PP, Vox– y las consecuencias. Para esa mayoría alternativa progresista es indispensable que las fuerzas de izquierda soberanistas seamos más fuertes todavía. Se han alcanzado acuerdos muy importantes a nivel estatal. Preguntemos a los pensionistas, o la posibilidad de intervenir en el mercado del alquiler para garantizar el acceso a la vivienda como un bien fundamental, o el avance en memoria democrática... Ha habido muchos avances y Euskal Herria ha sido protagonista en muchos de ellos.

Si le pido que me diga algo elogioso sobre Sánchez, no sé si le pongo en un apuro, o el aprieto sería para él.

–Bueno, no sé si elogio o puesta en valor, pero diría que ha sido capaz de alcanzar acuerdos entre diferentes para avanzar en determinadas cuestiones. Dicho lo cual, muchas veces con muy poca ambición, y sin hacerlo en todos los casos. 

El independentismo ha colaborado en la gobernabilidad en una legislatura muy difícil y una parte grande de la sociedad española eso lo ve con horror, como una traición del PSOE.

–Yo no puedo entender qué tiene de aberrante, incluso para la derecha, el avanzar en derechos. Pero estamos hablando de PP y de Vox, que son diferentes marcas con un mismo proyecto y un mismo marco, trabajando en estrecha colaboración. Hay que hacer una profunda reflexión. Cuando pensamos que las conquistas sociales han venido para quedarse para siempre, eso no es cierto. Se pueden perder en cualquier momento derechos y conquistas sociales que tanto ha costado conseguir, y por lo tanto son momentos cruciales, muy importantes, porque hablamos de derechos básicos. 

En Navarra y la CAV esa ola reaccionaria no ha llegado ni de lejos con la misma fuerza. ¿Pero hay que andar con ojo ante una involución?

–Es cierto que la realidad no se parece a la del Estado. Aquí tenemos condiciones y oportunidades para hacer políticas progresistas, pero aprovechemos ese potencial. Si no, la derecha está siempre preparada para entrar en el campo de juego. Actuemos con responsabilidad.

En vista de la reacción de EH Bildu, ¿fue un error incluir en las listas a personas que fueron condenadas?

–La polémica creo que fue un intento de traer lo peor de la política del Estado a las elecciones en la CAV y en Navarra. Un horror fallido. El paso atrás de esas personas lo valoro de forma positiva para seguir avanzando, y por si alguien se hubiera sentido agraviado por este hecho. Había una clarísima intención de hacer ruido y de desviar la atención de los temas que realmente preocupan a la ciudadanía, porque las preocupaciones de la gente siguen siendo exactamente las mismas. Según las encuestas, la sanidad o el empleo. Hay temas cruciales ahora mismo, como por ejemplo Volkswagen. Y tenemos problemas serios de empobrecimiento de las clases trabajadoras, inflación, subida de los tipos de interés.... 

Usted trabajó en Landaben...

–Asisto con preocupación a los últimos acontecimientos, porque Volkswagen no está apostando claramente por la fábrica de Landaben, como lo había venido haciendo históricamente. Una planta que ha aportado éxitos innumerables al consorcio gracias al buen hacer de su plantilla, a su profesionalidad, y a la calidad del producto. Creo que el (ensamblaje) de baterías, que parece que no se va a hacer dentro de la factoría, implica una tomadura de pelo de la empresa hacia el Gobierno de Navarra. Todos los Gobiernos de Navarra se han portado muy bien con Volkswagen, también este. Recientemente le dieron 40 millones envueltos en papel de regalo para sacar la vía ferroviaria de la fábrica, y es hora de que a esta multinacional se le exijan compromisos y contrapartidas. Este Gobierno entiende la colaboración público privada de forma distinta a Euskal Herria Bildu. Está muy bien ayudar a las empresas, pero hay que exigir corresponsabilidad y compromisos con el empleo de calidad y el territorio. 

“Uno de nuestros principales retos a nivel estatal es que se sigan manteniendo mayorías progresistas alternativas a los gobiernos de las derechas”

¿Comparte con Otegi que fue un error meter en el mismo cesto al PNV, PP y Vox, en un anuncio?

–Yo no lo interpreté así, vi un vídeo en tono de humor e informal. Parece que ha levantado mucha polémica. Si es de esa manera interpretable coincido con Arnaldo Otegi en que el PNV no es fascista. Eso está claro, y me parece bien que hay admitido el error. Pero no procede de ninguna manera comparar al PNV con los partidos de derecha o ultraderecha, si bien es cierto también que ahora parece que se han hecho más amigos aceptando el PNV votos de la derecha española cuando han servido para quitar gobiernos a Euskal Herria Bildu u obstaculizar que llegaran. 

En esa ecuación, ¿el PP es fascista?

–(Duda) El PP está trabajando en un marco de colaboración muy estrecho con Vox, que sabemos qué postulados defiende. Y han pasado a ser ya mucho más que amigos, lo estamos viendo en el Estado. Creo que son lo mismo con diferentes marcas, en cualquier caso un retroceso muy importante. 

Vox marca un salto, por eso se conforma...

–Pero están trabajando íntimamente relacionados.

¿Y en UPN, percibe hora otros acentos? Esparza pone en valor el clima político en Navarra.

–Parto de la base de que el señor Esparza y UPN no tienen proyecto para Navarra, y es contradictorio que él siempre espera que venga una decisión de Madrid que le haga de salvavidas. También ha dejado muy claro en multitud de ocasiones que apoyará a Feijóo como presidente de Gobierno del Estado. Entonces, los amigos de mis amigos son mis amigos, o por la operación transitiva, como se dice en Matemáticas...

Él dice que está todo abierto. Incluso otras elecciones en Navarra.

–Lo del señor Esparza es un intento a la desesperada.

¿Una derrota de Pedro Sánchez podría complicar la situación?

–Pues esperemos que no. Parece que aquí a muy corto plazo no va a pasar nada importante, esperemos que no. Se nos ha dado un mandato claro por parte de las mayorías progresistas de Navarra. Vamos a darle cumplimiento, y hacerlo con responsabilidad. 

¿Puede concretar más de qué tiene que ir el diálogo con EH Bildu?

–Nuestras prioridades son el fortalecimiento de los servicios públicos, progresivamente debilitados, avanzar en derechos –por supuesto también los lingüísticos– y en autogobierno, y abordar urgentemente una transición energética y climática sin más demora, porque estamos viendo que tenemos la emergencia climática aquí, a la puerta de casa. En términos generales en estas cuestiones es donde nos vamos a centrar. Para dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía nos van a encontrar.