Jesús Núñez (Ferrol, 1956), especialista en Relaciones Internacionales, presidente del Comité español de la UNRWA, habló este jueves en la UPNA del “conflicto Israel-Hamás”, y del “pésimo ejemplo del vigente orden internacional”. Núñez lamenta que el dictamen de la Corte Internacional de Justicia no vaya a tener “efecto práctico a corto plazo”.

Parece que se acaban las palabras ante lo que está sucediendo en Gaza. 

–Sí, es uno de los peligros, que normalicemos lo aberrante, una crisis humanitaria que está dejando a 2,3 millones de personas en absoluta miseria. Una masacre que viola cualquier consideración del derecho internacional, y hace visible el incumplimiento de Israel como potencia ocupante de su tarea de preocuparse del bienestar y seguridad de la población ocupada. Afecta también a Cisjordania, y en función de la suspensión de entrega de fondos de algunos países, a la totalidad de los 6 millones de refugiados palestinos asistidos desde hace muchos años por la Agencia de las Naciones Unidas UNRWA.

¿Se carcomen los cimientos del orden internacional y de los valores que esgrime Occidente?

–Esa frase repetida de un orden internacional basado en normas, no tiene contenido. Una vez más vemos dobles varas de medir. Países occidentales, EEUU el primero, han condenado a Rusia, le han demandado una retirada de Ucrania y han calificado de genocida su proceder. En la guerra entre Israel y Hamás es todo lo contrario. La referencia a valores, principios y normas queda desmentida por la realidad. Israel no tiene ningún reparo en violar todas esas normas, con el respaldo explícito de EEUU, la pasividad de los países árabes, que también han abandonado a los palestinos, y la incapacidad de la UE de tener una voz única en este tema.   

“A Netanyahu le interesa prolongar el conflicto, sabe que o está de primer ministro o está en la cárcel, dadas sus tres causas judiciales”

¿Cómo ve el papel de España?

–Comparando con otros gobiernos de la UE, positivo. Al menos en declaraciones y gestos, como el de mantener los fondos a la UNRWA, cuando otros países la han suspendido. Pero faltan hechos, y la situación los demanda: sobre relaciones comerciales, embargo de armas, reconocimiento del Estado palestino. Asignaturas pendientes de España y del resto de la Unión.

Hechos, los de Sudáfrica. 

–Claramente. Que ningún país árabe ni musulmán, ni de la UE, ni Estados Unidos, haya hecho como Sudáfrica, hace valorar muchísimo la decisión, y deja absolutamente retratado al resto de la comunidad internacional.

¿Tras la decisión de la Corte Internacional de Justicia Israel está en un callejón sin salida? 

–Con o sin dictamen, el camino que ha emprendido no tiene salida. No va a conseguir eliminar a Hamás. De los combatientes que sobrevivan después de esta masacre, desgraciadamente muchos van a entender que la violencia es el único instrumento en sus manos. Si la causa sigue, Israel, en palabras de la CIJ, se identifica como un potencial genocida. En cualquier caso seguramente la Corte tardará años en determinarlo. Que siga adelante tiene una importancia simbólica enorme. Pero la CIJ no tiene medios para poder obligar a las partes a cumplir sus dictámenes, y por tanto Israel no va a ajustarse a nada. Netanyahu dijo que iba a desobedecer. En 2004 la Corte decretó que el muro que Israel estaba construyendo en Cisjordania era ilegal, y el muro sigue ahí.  

Este es un salto cuantitativo y cualitativo de Israel.

–Sin duda, de una dimensión muy superior, pero no va a terminar tampoco con Hamás. Israel pondrá un día fin a la operación, y entonces viviremos una farsa teatral, que ya hemos visto muchas veces, y Estados Unidos dirá que gracias a su presión diplomática ha conseguido la tregua. No, se determinará cuando Israel lo considere oportuno, sabiendo que cuenta con el respaldo explícito de Washington para hacer lo que le dé la gana, durante el tiempo que le dé la gana y como le dé la gana.  

“Israel lleva décadas de hechos consumados para hacer insoportable la vida a los palestinos. Lo de ahora es un ejemplo aún más claro”

¿Las elecciones estadounidenses influirán en los acontecimientos?

–Sí, pero la historia nos demuestra que haya un republicano o un demócrata en la Casa Blanca no cambia su respaldo explícito a Israel. A Biden no le viene bien ahora quedar retratado como el respaldo de un potencial genocida, pero no pensemos que la alternativa, sea Trump o cualquier otra, iba a ser distinta respecto al apoyo. A Israel como tal no le interesa prolongar el conflicto, pero a Benjamin Netanyahu sí, sabe que o está de primer ministro, o está en la cárcel, pues tiene tres causas judiciales que probablemente van a conllevar duras penas de prisión. Retratado por su opinión pública como el máximo responsable de lo que ocurrió el 7 de octubre, en la medida de que le mataron a 1.200 personas y capturaron a 250 rehenes. Él pretende restablecer su imagen de gobernante capaz, y el mantenimiento de la guerra bloquea de momento un adelanto electoral y que pueda perder su puesto. 

La imagen de Estados Unidos se sigue desgastando.

–Se muestra el deterioro creciente del que hasta hace poco era líder hegemónico mundial, que parecía tener capacidad para manejar la agenda. La sensación ahora mismo es que ya no la tiene. El interés geoestratégico fundamental de EEUU es hacer frente al desafío que le plantea China. Buscaba salirse del pantano de otros escenarios, uno de ellos Oriente Medio, y sin embargo vemos todo lo contrario, acciones militares en Siria, Irak y el mar Rojo. La sensación es que, para lo bueno y para lo malo, no hay nadie al timón; y de momento ningún otro actor para poder cumplir ese papel.

Para Aznar “es absolutamente esencial que Israel gane esta guerra y la termine bien”. Muy significativo al hilo de la posición del PP. 

–Grupos de derecha y ultraderecha se han convertido en defensores de Israel. No se trata de simpatías o antipatías con los israelíes o los palestinos. Hay una vara de medida. Quien viola el derecho internacional y humanitario, sea Hamás o el Gobierno israelí, debe ser criticado y condenado. Ahí deberíamos situarnos ante lo que está ocurriendo y tomar posiciones. 

El foco tal vez más desconocido es el de los refugiados, previo al actual desplazamiento masivo.

–El objetivo de Israel es el dominio total de la Palestina histórica, el territorio entre el río Jordán y el mar Mediterráneo. Lleva décadas con una estrategia de hechos consumados, que pretende hacer insoportable la vida a los palestinos. Lo de ahora es un ejemplo todavía más claro. Es una masacre indiscriminada, matando a civiles, mucho más que a combatientes de Hamás, destruyendo todas las infraestructuras, profanando 16 cementerios, eliminando todas las universidades en Gaza, matando a más de cien periodistas, a más de 150 empleados de la UNRWA, a varios centenares de médicos y sanitarios... ¿Todo eso es legítima defensa o hacerles ver a los palestinos que no tienen futuro allí? Podemos entender que Israel busca que los palestinos se marchen de allí para quedarse con el territorio. Los refugiados constituyen uno de los principales problemas para Israel: seis millones de personas, en Líbano, Jordania, Siria, y en el territorio ocupado palestino de Gaza y Cisjordania. Israel busca eliminar su existencia, con la colaboración explícita de EEUU, redefiniendo el concepto de refugiado, de tal manera que solo sean calificados como tales los que sobrevivan de la oleada de 1948, unos 400.000. Y poniendo todos los obstáculos posibles a la actividad de la UNRWA sobre el terreno, y buscando ahora que otros gobiernos suspendan su entrega de fondos a la Agencia. 

UNRWA está en el punto de mira por el número de empleados de la Agencia con lazos con Hamás. Esto lleva a preguntarnos por el dominio de Hamás, fuerza hegemónica en Gaza, en el tejido social.

–Si algún empleado ha cometido un delito, que sea condenado, sin ninguna duda, no se trata de tapar realidades. No pensemos que la Agencia ni sus empleados son criaturas celestiales, luego quien haya cometido un acto delictivo debe se condenado sin paliativos. La Agencia entrega sistemáticamente, con nombres y carnets, el listado del personal que contrata, 13.000 trabajan en Gaza. Israel, EEUUy el resto de países que ahora han decidido suspender fondos, conocen esos nombres y apellidos, Qué casualidad que el mismo día del dictamen de la Corte Internacional de Justicia, Israel dijese que había personas en esos listados ligadas con Hamás. Y ahora de repente ya no son una docena sino el 10%, 1.300 personas. Hamás tiene una clara presencia en Gaza y puede haber ese tipo de complicidades absolutamente condenables. Castíguense, pero que eso no lleve a castigar a la totalidad de la Agencia y de los refugiados palestinos. No conozco ningún ejemplo donde un empleado haya cometido un delito y eso lleve al castigo de la empresa entera. En este caso coincide con un dictamen de la CIJ que exige a Israel que garantice la ayuda humanitaria. Esto va al revés.

A esa docena se le acusa de participar en los atentados del 7-O. 

–Sí, en cualquier caso de esos doce, hay una investigación en marcha por parte del departamento de Asuntos Internos de la ONU para determinar las responsabilidades. ¿No podemos esperar a que termine esa investigación? Hay 150 trabajadores de la UNRWA asesinados por Israel y ningún Gobierno salvo Sudáfrica se ha movilizado para hacer ver a Israel que hay líneas rojas que no se pueden cruzar. Sin embargo, basta con que Israel diga que hay una implicación de esas 12 personas en los atentados del 7 de octubre, para que gobiernos tomen esta decisión. Es un tanto chocante.

“Si algún empleado de UNRWA ha cometido un delito, que sea condenado, pero no a la totalidad de la Agencia ni de los refugiados”

El poder de Hamás en Gaza, ¿legitima hablar de una guerra con Israel?

–Hay que remontarse a la primera Intifada, en 1987. Hamás, movimiento de resistencia islámica, nace con el consentimiento claro y público de Israel, que busca fragmentar la resistencia palestina. Hamás ha sido apoyada y financiada por Israel, lo ha dicho el señor Borrell hace una semana. En 2006 fue la última vez que se celebraron elecciones en el territorio ocupado palestino, Hamás las ganó. Fue la libre expresión de la voluntad en Gaza y en Cisjordania. Israel declaró que no reconocía esa victoria, y detrás fue la UE y EEUU. Un año después, tras negociaciones fallidas para hacer entrar en razón a los que habían perdido las elecciones para que dejaran a los vencedores tomar el poder dentro de la Autoridad Palestina, Hamás dio un golpe y pasó a controlar Gaza. Hamás no es, evidentemente, nada recomendable en sus planteamientos maximalistas, pero es mucho más que un grupo armado, es un actor social que atiende a los más desfavorecidos, un actor político con interlocución con muchos gobiernos del mundo, sobre todo en el área árabe musulmán. Hamás es una idea, y eso no se destruye con armas. Le sirve a Israel para cohesionar una sociedad tan diversa con la historia del enemigo común. Nada de eso blanquea a Hamás, que es un monstruo, de acuerdo. Pero no ha nacido de la nada el 7 de octubre. 

Borrell quiere una operación naval de “protección” en el mar Rojo. ¿Es echar gasolina al fuego?

–La situación ya es explosiva. Creo que España hace bien en desmarcarse de la operación que quiere poner en marcha EEUU. La inicial se limita a destruir y neutralizar los drones y misiles que lanzan los hutíes contra los buques que atraviesan el mar Rojo. Pero EEUU ha montado otra operación, ‘Arquero de Poseidón’, que ya se implica en el conflicto interno yemení atacando bases de los hutíes en Yemen. España entendía que no pintaba nada en una guerra en Yemen, no veta que la UE monte su propia operación, pero añade que no va a participar. Esa operación arrancará a mediados de febrero, veremos si España mantiene esta posición. Se supone que la UE se limitará a neutralizar y a destruir misiles y drones de los hutíes contra buques que atraviesan el mar Rojo, pero que no va añadirse a EEUU en Yemen. Entiendo la necesidad de garantizar el tráfico marítimo en una zona tan especial, pero no deja de sorprenderme qué rápido hemos reaccionado para proteger ese tráfico y la economía internacional, y qué lento para evitar la masacre de 26.000 personas muertas y más de 60.000 heridas dentro de Gaza. Volvemos a la doble vara de medida entre la vida humana y otros intereses.

“Si la ‘realpolitik funcionara, nos callaríamos, pero no lo hace”

Jesús Núñez comprende “la frustración” existente en torno a lo que sigue ocurriendo en Gaza. Recuerda que “es imprescindible la presión social y movilización de la sociedad civil”, aunque advierte de que “se trata básicamente de un trabajo de largo plazo, de gota a gota, y en los resquicios del sistema”, y que “en ningún caso esa sociedad civil va a tener en sus manos la capacidad para decidir lo que ocurre”.

Decía una tuitera que no somos capaces de negarnos a ver Eurovisión, y luego pedimos a los gobiernos altura de miras.

–Hay una doble vara de medida que a veces se hace visible como ciudadanos y como consumidores. Ahora mismo está en marcha una campaña llamada BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), y eso nos apela individualmente, el cómo consumimos, qué tipo de productos, y por lo tanto, junto a Eurovisión, hay otros elementos que para cualquiera, individualmente, están a su alcance.

Es militar retirado. Alguien se preguntará si se cayó del caballo o si esa formación es excelente para conocer la realidad internacional. En cualquier caso, se vuelve a esgrimir la 'realpolitik'. 

–El nivel de conflictividad a nivel mundial, con más de 30 conflictos activos violentos a día de hoy, y focos de tensión muy graves en muchos lugares del planeta, me suscita que en general seguimos aplicando, basados en esa realpolitik, un esquema de búsqueda de soluciones militares a problemas que no son de naturaleza militar, sino que se explican básicamente por cuestiones sociales, políticas y económicas. Fracasos de convivencia, dobles varas de medida internacional, situaciones de desigualdad interna... La desigualdad es el factor belígero más potente que hay. 

¿Entonces?

–Para dar solución a los problemas violentos que tenemos hoy, y para aspirar a un mundo más justo, seguro y sostenible, solo hay un camino, el multilaterialismo multidimensional. 

¿En qué sentido?

–No existe un solo país que pueda resolver los problemas a los que nos enfrentamos, como crisis climática, proliferación de armas de destrucción masiva y tantos otros. Y no hay un solo instrumento, ni el militar, ni el económico ni ningún otro que en solitario tenga capacidad para resolver esos problemas. Por lo tanto, se requiere multilateralismo multidimensional en un esfuerzo sostenido de largo plazo. Si la realpolitik funcionara nos tendríamos que callar los que la criticamos, pero es que no funciona.