En el contenido generado desde Gaza por los propios soldados israelíes no aparecen palestinos muertos, gritos desesperados ni niños que tiemblan de miedo al oír un trueno. Sí aparecen soldados bailando, disparando un obús entre carcajadas o preparándose un capuchino en medio de una devastación absoluta.

Se trata de la no-guerra de Israel en la Franja de Gaza, un pedacito de realidad selectivo y edulcorado difundido en redes como TikTok, donde militares cuasi adolescentes se graban a sí mismos explosionando edificios o realizando tareas anodinas, en una atmósfera semejante a un campamento de verano.

Efe visualizó más de un centenar de vídeos en TikTok y habló con media docena de soldados, quienes justificaron su presencia online como una forma de darse ánimos tras el ataque de Hamás contra Israel y para mostrar unidad en una nación traumatizada y herida.

“Publicar momentos felices, alegres, nos levanta la moral. Te da más energía”, explica Michael Vodovozov, desplegado en Gaza durante tres meses. Vodovozov, al igual que otros compañeros, asegura hacer todo lo posible para no herir a “civiles inocentes” y repite que Hamás los usa como escudos humanos.

Según cifras de las autoridades sanitarias gazatíes, más de 29.000 personas han muerto, la mayoría de ellos mujeres y niños, en la actual ofensiva israelí por tierra, mar y aire; mientras que otros 8.000 cuerpos siguen bajo los escombros.

Purificar Gaza

Muchos de estos posts incluyen referencias supremacistas en los que los soldados hablan de “volver a casa” –hasta 2005 Israel mantuvo colonias en Gaza–, “purificar” la Franja o “salir de caza”. La canción de rap que suele acompañar estos vídeos es ‘Harbu Darbu’, el exitazo post-guerra del dúo israelí Ness & Stilla, que increpa al oyente con un “¿Quién te crees que eres (...) gritando ‘Palestina libre’?” y que clama venganza contra la “plaga de ratas” y los “hijos de Amalek”.

Amalek, término usado por el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y más tarde por la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en la acusación por genocidio, evoca la nación enemiga de los israelitas en la Biblia, que Dios mandó exterminar.

“Lo que me preocupa de esos vídeos es que no tienen nada que ver con garantizar seguridad a los israelíes”, explica Ori Givati de Rompiendo el Silencio, oenegé formada por ex soldados del Ejército israelí contrarios a la ocupación.

“Al contrario, cuando promueves odio, venganza y destrucción, e incluso un reasentamiento en Gaza que conllevaría una expulsión forzosa, no estás creando un futuro más seguro para ninguno de nosotros: ni para los israelíes, ni por supuesto, para palestinos”, añade Givati.

Conquista de moralidad

Estas imágenes desenfadadas refuerzan la visión oficial de que se trata de acciones “morales y legales” en la lucha “global contra el terrorismo”, según dilucidó ya en 2021 la socióloga Marisa Tramontano, en un estudio sobre cómo el Ejército israelí usó las redes sociales durante la guerra en Gaza de 2014.

Entonces, al igual que ahora, la ocupación israelí de los territorios palestinos nunca se menciona y los soldados israelíes aparecen obligados a defenderse de un mal mayor en el que, como explica el periodista Antony Loewenstein en su libro ‘El laboratorio palestino’, el “trauma” solo les pertenece a ellos mientras que “la resistencia palestina es inmoral”.

“Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y los combatientes hacemos todo lo posible para no dañar a civiles inocentes” en Gaza, explica bajo anonimato un alto rango de una unidad de combate, muy activo en redes sociales.