Adelgazar unos kilos y bajar alguna talla es un objetivo que está en la mente de muchas personas y que se pone de manifiesto sobre todo tras las Navidades, cuando los gimnasios suelen registrar un boom de inscripciones y las dietas vuelven a generalizarse. Los buenos propósitos de año nuevo y la operación bikini de cara al próximo verano hacen que adelgazar se convierta en un objetivo y en un suplicio para muchas personas, que acaban, en su mayoría, rindiéndose o dejándolo para más adelante.
Todo cambiaría si adelgazar no necesitara de sacrificios, y con eso juega el pastor Esteban Acosta, de la comunidad cristiana La Unción, en Cartagena de Indias (Colombia), que se ha hecho viral en las redes sociales por haber conseguido (teóricamente) que una mujer pierda dos tallas de ropa en cosa de un minuto sólo gracias a sus oraciones.
En un vídeo que algunos internautas califican como el “Herbalife cristiano”, el pastor, que se hace llamar apóstol, presenta un acto religioso y llama a subir al escenario a los fieles que tengan sobrepeso. “Las personas que estén gorditas vengan acá a orar para que rebajen”, asegura Acosta, que pregunta a una de las mujeres que acude si tiene fe en que rezar le puede hacer adelgazar. “¿Tú crees que Dios puede bajarte dos tallas ahora?”, le cuestiona, y ante su respuesta afirmativa añade: “Al que cree todo le es posible”.
Milagro... o farsa
Acto seguido, le dice que cierre los ojos, ella levanta las manos (no sabemos para qué) y el pastor comienza su plegaria. “Padre, en el nombre de Jesús, yo oro para que esta mujer rebaje dos tallas”. A otra mujer que está en el escenario le pide que ponga las manos “alrededor de la barriga” de la que quiere adelgazar, “porque yo no puedo tocar ahí”. “Se bajan dos tallas, declaro un milagro. Ella va a empezar a adelgazar más, más, más”, exclama mientras golpea las manos de la otra mujer.
Unos golpes que, según él, se llevan unos kilos de su cuerpo. “¡Un milagro! Y antes de que se acabe el año la gente no te va a reconocer. Y se abre una fuente de trabajo bonita, hermosa, de parte de Dios para ti. Gracias, señor, amén”. Y es entonces cuando llega el momento de la comprobación. Acosta se dirige a otra mujer del escenario. “Métele la mano en el pantalón a ella y estíraselo”. Al ver que la prenda parece que le queda holgada la gente aplaude, aunque en ningún momento se había mostrado cómo le quedaba antes de los rezos.
“¿A ti este pantalón te quedaba así?”, le pregunta el pastor. “No, me quedaba apretado de cadera, y ahora que el pastor oró...”, dice satisfecha la mujer, que podría ser una cómplice para engañar a un auditorio que vuelve a aplaudir. Para acabar, Acosta se permite bromear con Dios. “¡Santo! Ay, señor, hazme un milagro a mí. No, que estoy muy flaco”, afirma entre risas.
El vídeo lleva más de dos millones y medio de visualizaciones en TikTok, red en la que Acosta ha subido más grabaciones de supuestos milagros en los que le cura la escoliosis y le alarga un brazo a una señora o le sana la osteoporosis y la alarga una pierna a otra, entre otros muchos casos. Y acepta peticiones de milagro por teléfono móvil. Por supuesto, en todas estas intervenciones milagrosas sólo se muestra el después, no el antes, y los comentarios de los usuarios de TikTok le acusan de ser un farsante.
En su vídeo más exitoso, con 4,3 millones de reproducciones, el pastor cura (teóricamente), gracias a la intervención divina, a un bebé que (también teóricamente) sufre desnutrición crónica y problemas de desarrollo, otorgándole el vigor que la faltaba.
